Capítulo 43

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En el Hospital Germán había subido a Natalia a una camilla y se había marchado en busca de todo lo necesario. La pediatra permanecía recostada, con los ojos cerrados, cuando el médico llegó hasta ella cargado de cosas y acompañado por Maika.

- Bueno, ya estamos aquí – dijo colocando un banco junto a la cama para sentarse y proceder al examen, Natalia abrió los ojos y lo miró sin decir nada – antes de examinar ese corte voy a ver que tal está esa tensión. Y ya que estamos aquí, Maika te va a sacar sangre.

Natalia asintió sin protestar, sorprendiendo a Germán que se esperaba una respuesta negativa al respecto.

- Maika tráete una manta – le ordenó a la enfermera al ver que Natalia comenzaba a temblar – Lacunza, no te pongas nerviosa que no es para tanto – sonrió burlón - ¿qué! ¿qué tal la excursión! ¿te ha gustado la aldea? – le preguntó con la intención de darle conversación y distraerla. Natalia sonrió para sus adentros reconociendo el truco que ella había empleado continuamente con los niños.

- Si.

- ¿Solo sí? – sonrió – vamos... que a mí no me engañas – sonrió - no te ha gustado nada de nada. Si ya le dije yo a Alba que no era buena idea llevarte allí.

Natalia lo miró sin responder a su provocación, no tenía ganas de charla y menos de discutir con él. Germán frunció el ceño.

- Ya hablaré con ella, no se va a librar de una buena bronca, ¿se puede saber por qué no habéis vuelto a la hora de comer? Le dije claramente que no podías... - probó de otra forma buscando picarla.

- Fui yo la que insistí, ella no quería, pero a mí me apetecía ver esos lagos, y... estar lejos de aquí – confesó con desgana, interrumpiéndolo.

- ¿Tan mal te tratamos! Lacunza, Lacunza que vas a conseguir ofenderme - bromeó.

- No es eso y lo sabes – dijo cansada.

- Cuéntame qué es entonces – propuso comprendiendo que le ocurría algo.

- Germán, no soy una cría, no hace falta que me entretengas – le pidió secamente – termina con eso cuanto antes, quiero hacer una llamada.

- Ya veremos si la haces – murmuró mirando el monitor – cuando compruebe si todo está en orden.

- Lo está – sentenció mohína – solo estoy un poco nerviosa por lo que ha pasado y tengo un poco de frío, eso es todo.

- La temperatura está bien – le dijo mirando el termómetro que le había puesto momentos antes - .. ¿tú te has encontrado bien! digo a lo largo del día.

- Sí, he estado bien. ¡Más que bien! – exclamó pensando en los buenos momentos que había pasado con Alba, pero el tono que empleó hizo que el médico la mirara pensativo.

- ¿No te ha dolido el pecho? – le preguntó frunciendo el ceño y anotando algo en su pequeño cuaderno.

- Bueno... cuando nos perseguían... me puse tan nerviosa que sí me dolió un poco – le explicó con calma.

- ¿Y ahora? – insistió.

- Ahora no. Germán te digo que estoy bien y me he encontrado bien todo el día. Si... ¡hasta tenía hambre!

- Eso es buena señal – le dijo observándola preocupado, sus ojeras, su mala cara y lo ausente que parecía estar no indicaban que estuviese tan bien como se empeñaba en decir.

La ClínicaWhere stories live. Discover now