Capítulo 18

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En el pabellón, Alba estaba ojeando su contrato. Sonreía comprobando que Natalia había señalado en cada cláusula todas las salvedades que ella le indicó. Cuando estaba terminando de firmarlo, entró Laura.

- ¿Dónde te metes? – preguntó con una sonrisa burlona – le estáis cogiendo gustillo al trabajo, ¡vaya horas de llegar! ¿o es que no encontráis el momento de separaros? - bromeó.

- Chist, que está Fernando dentro – protestó haciéndole señas de que bajase la voz – se nos ha hecho un poco tarde.

- Ya... - dijo maliciosa – ¿qué tal el día?

- ¡Muy bien! – sonrió satisfecha – creo que tenías razón, ¿sabes que me ha invitado a salir esta noche?

- Y tú te habrás hecho de rogar un poquito ¿no?– rio – entonces ¿dejamos la mudanza para mañana?

- No. Le he dicho que no podía.

- ¡Tú estás tonta! – le dio un golpe en el brazo – ahora mismo la llamas y le dices que te has arrepentido.

- Que no, Laura, tú déjame, que sé lo que hago – sonrió con tal brillo en los ojos que Laura no pudo evitar soltar una carcajada.

- ¿Tienes un plan? Pues date prisa porque no te queda mucho tiempo para ponerlo en práctica – respondió, dejando a Alba pensando en ello, mientras recogía los papeles y los dejaba encima de la mesa para que el médico se los entregara a Natalia - ¿qué es eso?

- Mi contrato – respondió empujándola suavemente hacia la salida – vamos que es tardísimo.

- Pero... ¿lo has firmado! creí que no lo harías. Y menos después del bombazo.

- ¿Qué bombazo? – preguntó mostrando su interés.

- ¿Nat no te ha dicho nada?

- ¿De qué?

- Deja la Clínica.

Alba abrió los ojos de par en par, mostrando su enorme sorpresa.

- Por lo visto quiere que sea Cruz la directora.

- ¿Quién te ha dicho eso? – preguntó molesta, era imposible que Natalia se marchase y no le hubiese dicho nada.

- Mónica, esta tarde tienen que reunirse para ultimar los detalles – le contó comprendiendo que Alba, por su cara no conocía nada al respecto. La enfermera no entendía nada, ¿por eso quería Natalia que firmara el contrato, para marcharse después! y ella que creía que el interés de Natalia consistía en que trabajarían juntas.

- Pero... ¿por qué se marcha? No... entiendo...

- Nadie lo sabe – le dijo y bajando la voz – se rumorea que quiere irse con su mujer, desaparecer una temporada, pero creo que no le ha dicho nada a nadie.

¿A ti no te ha contado nada?

Alba permaneció cabizbaja, sin responderle, tenía que hablar con Natalia, tenía que pedirle explicaciones, tenía que pedirle que se quedara, no podía irse, no podía dejarla así.

- Laura, espérame un momento, tengo que ver a... Isabel – mintió con precipitación y salió corriendo en dirección al despacho de la detective.

Laura corrió tras ella y cuando estaba a punto de subir los escalones de entrada al barracón la detuvo.

- ¿A Isabel? – dijo sin resuello - ¿Se puede saber qué haces?

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