En Kampala, Oscar sonreía mientras marcaba un número de teléfono. Ya era hora de que las cosas cambiasen un poco y de que su padre le reconociera su valía. En cuanto escuchó la voz de su progenitor lo saludó con efusión.
- Buenos días papá.
- ¿Qué ocurre? ¿por qué llamas a estas horas?
- Porque tengo una noticia que no puede esperar.
- ¡Son las cinco de la mañana!
- Aquí no.
- ¡Eso ya lo sé! – escuchó la exasperación de su tono y se apresuró a frenarlo.
- No te alteres y escúchame. Se acabaron tus problemas con esa metomentodo. Le vamos a dar un golpe que la hunda definitivamente.
- ¿Has convencido a la enfermera?
- Hace tiempo que lo hice, pero me he tomado la libertad de ser un poco más creativo.
- Qué es lo que se te ha ocurrido, que te temo. Te dejamos muy claro que solo había que ofrecerle dinero por su declaración en el juicio.
- Y lo he hecho.
- ¿No habrás cometido la imprudencia de hacerlo personalmente?
- Claro que no. No soy tan imbécil.
- A veces lo pareces. Meterla en aquella cárcel fue innecesario e imprudente. Cuando vas a aprender que mientras menos favores debas en la vida... ¡mejor!
- Antes de que sigas. Tengo que comunicarte que aceptó el trato.
- Bien.
- ¿Solo bien?
- ¿Qué más quieres?
- Esperaba una felicitación.
- ¿Algo más?
- Sí, quería decirte que me he tomado la libertad de modificar un poco el plan inicial y...
- ¡No quiero saber nada de tus líos! Haz lo que te digo y como te digo y no tendremos problemas. ¿Has sido discreto?
- Discretísimo.
- Pues cíñete a mis órdenes y déjate de creatividad. ¿Me has oído? – casi le gritó.
- Sí, papá.
- Bien. Eso espero, por tu bien. Y ahora que vas a seguir ahí puedes sernos de mucha ayuda, pero a ver si eres capaz de hacer las cosas como dios manda.
- ¿Has conseguido que siga en mi puesto?
- Mi buen dinero me ha costado. Esa Lacunza tiene a Luís en el bolsillo. He conseguido que te de una nueva oportunidad. Pero me ha asegurado que por muchas donaciones que haga si vuelves a equivocarte, estás en la calle.
- Yo no me equivoco.
- Deja a la tal Sara en paz.
- Eso he estado haciendo, además... ahora tengo otras ocupaciones.
- Déjate de ocupaciones y céntrate en lo que debes centrarte. Necesitaremos un nuevo cargamento dentro de poco. Pon a tus hombres de confianza en marcha.
- Eso está hecho papá.
- Bien. Y a ver si llamas a tu madre un día de estos.
- Lo haré, papá.
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La Clínica
FanfictionAdaptación de una historia muy fuerte pero hermosa... Esta historia original pertenece a Moniatic (Maca y Esther)