Capítulo 117

378 16 4
                                    


La lluvia arreciaba justo en el instante en que Isabel llegaba haciendo gala de una excelente puntualidad a la puerta de la mansión de la pediatra, que a pesar del mal tiempo la aguardaba en el exterior, lista desde hacía más de una hora. Hacía fresco y la humedad no era lo mejor para ella, pero necesitaba que le diera el aire y se le pasara esa pesadez que tenía alojada en su cabeza. No alcanzaba a comprender por qué estaba tan nerviosa pero lo cierto es que era así, y esos nervios le habían impedido probar bocado desde el desayuno. Ni siquiera las palabras de Vero animándola habían logrado hacer desaparecer la desazón que sentía. Estaba cansada y solo deseaba terminar cuanto antes y quedar con Alba para cenar. La idea de esa cena, en la intimidad con ella, le devolvió una leve sonrisa a su rostro.

Isabel conducía en silencio y observaba a Natalia de vez en cuando. Parecía pensativa, "demasiado" se dijo la detective que tampoco comprendía a que veía ese secretismo de su padre. Se había pasado todo el día intentando conseguir que revocaran la orden de traslado, si la destinaban a otra comisaría tendría que dejar el campamento. Esperaba que Natalia le hubiese sacado el tema, paro parecía haber olvidado la llamada que le hizo la noche anterior.

- Aún no me han dicho quién me sustituiría en caso del que el traslado sea una realidad.

- ¿Qué traslado? ¿de qué me hablas?

- Nat... ¿no recuerdas que hablé contigo anoche? te lo conté.

- ¿El qué?

- Que me trasladan de comisaría, y que no podré seguir en el campamento.

- Eh... sí, claro, perdona, estaba distraída.

- Parece que podría ser un compañero de la central quien me sustituyera al mando de la dotación que tienes asignada en el campamento, pero no hay nada seguro.

- ¿Y lo conoces?

- Sí, es... es José Manuel Cano, un... un buen amigo.

- ¿Más que un amigo? – captó al instante su reticencia y su tono.

- Bueno sí, más que un amigo, es... es mi pareja, pero... nadie lo sabe excepto Evelyn y deben seguir sin saberlo, es la mano derecha de mi padre y...

- Ya, es complicado.

- Algo.

- No entiendo por qué te trasladan.

- Ni yo. No lo he solicitado y... tiene que ser un error, salvo que mi padre...

- Esté detrás de todo esto.

- Conociéndolo... es bastante probable. Si es José Manuel quien me sustituye en el campamento no tienes por qué preocuparte, ¡es el mejor! y no vas a tener problemas con él

- Claro... - la pediatra se guardó lo que se le vino a la mente "¡tú que vas a decir!"

- Pero... si no es él... también se rumorea que pudiera ser Evelyn.

- ¿Evelyn? y entonces en casa... – la miró preocupada, ya le había costado trabajo acostumbrarse a tener en casa a una detective y cuando al fin se había hecho a la idea y ya se conocían ahora tenía que volver a empezar con un desconocido.

- No sé Nat, solo son rumores lo mismo al final... no hay cambios, yo ya he reclamado.

- ¿Tú quieres seguir en el campamento?

- ¡Claro que quiero!

- Pues en ese caso no te preocupes, que intentaré hablar con tu padre del tema para que ese traslado no se produzca, estás en esto desde el principio, eres la que mejor conoces el campamento y ellos a ti. Cambiar ahora sería contraproducente puede crear recelos e inseguridad y sería echar por tierra todo lo que hemos conseguido en estos meses.

La ClínicaWhere stories live. Discover now