Capítulo 15

693 35 6
                                    


Alba sonrió y salió al exterior. Hacía frío y dio un tiritón, cruzando los brazos para darse calor. Natalia estaba allí con la vista perdida en la copa que sostenía en sus manos sin parecer notar la baja temperatura. La enfermera cogió una de las sillas y se sentó junto a ella, la pediatra la miró de soslayo y volvió a clavar los ojos en aquella copa. Alba percibió su lucha, con suavidad le acarició la mano y despacio le quitó la copa, sin que Natalia opusiera resistencia.

- ¿Quieres uno? – le dijo ofreciéndole un cigarrillo.

Natalia la miró con una mueca que pretendía ser una sonrisa, pero que denotaba su abatimiento, y tomó el cigarro, Alba se lo encendió y Natalia aspiró hondo.

- Peor no lo puedo hacer hoy – comentó. Alba no contestó y fumó tranquila a su lado.

- Bueno, no eres perfecta, eso ya deberías saberlo – dijo al cabo de un instante.

- Gracias – respondió sarcástica – si también has venido a darme caña, déjalo, que me basto solita.

- ¿Darte caña! no, solo me apetecía un cigarro, y... - se interrumpió, iba a decirle "y estar contigo" pero en el último segundo se corrigió – y... mirar a las estrellas.

Natalia se volvió hacia ella sorprendida, le agradaba aquella forma de ser de Alba, había algo en ella que era diferente y le gustaba.

- ¿Sabes! cuando bebía... quiero decir cuando...

- Sé lo que quieres decir, ya me han contado.

- Ah! Claro... ¡seré imbécil! – se cortó y guardó silencio. "A saber lo que le habrán contado", pensó con tristeza, seguro que ya se habría hecho su propia idea de todo, sin importar lo que ella pudiera explicarle.

- ¿Qué pasaba cuando bebías?

- Nada, una tontería.

- Cuéntamela, no creo que sea peor que todas las que llevo escuchadas esta noche – sonrió conciliadora.

- Vaya, pues... por tu comportamiento, creía que te lo estabas pasando en grande.

- Psiss, capacidad de adaptación pura y dura – comentó irónica – prefiero estar aquí contigo, que ahí dentro – se lanzó enrojeciendo por el mero hecho de haberse atrevido y con la esperanza de que la oscuridad de la noche no revelase lo difícil que le resultaba ocultar sus sentimientos hacia ella.

Natalia volvió a mirarla perpleja y no dijo nada, al cabo de unos instantes de silencio y tras coger un segundo cigarrillo la pediatra se decidió a hablar.

- ¿Alguna vez has tenido la sensación de ser como una botella vacía, que estás ahí, nadie te tira, por si les sirves para algo, pero nadie te usa?

- Pues... no, la verdad... ¡qué cosas más raras piensas!

- Ya ves... eso es lo que soy... rara.

- Rara no, eres... una botella vacía.

- Pero... bueno – protestó sin dar crédito a lo que acababa de decirle, su estado de ánimo no le permitió entender la broma de la enfermera.

- Lo has dicho tú – le sonrió.

- Yo no he dicho eso – respondió molesta. Alba se percató de que Natalia estaba a la defensiva y decidió cambiar de táctica y de tono.

- Prácticamente, sí. Aunque... yo no te veo así.

- Ah, ¿no?

- No.

La ClínicaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang