Al cabo de unos minutos su espera se vio recompensada. La puerta de la cabaña se abrió y Natalia salió con dificultad, Alba no puedo evitar pensar que debía estar muy cansada. Permaneció quieta, en la puerta de los baños, esperándola. Natalia llegó hasta ella, avanzando con lentitud, y la miró sorprendida de encontrarla allí.
- Te estaba esperando – le dijo la enfermera sin más.
- ¿Qué ocurre? – le preguntó cansada.
- Quiero hablar contigo.
- Alba... - murmuró mirándola rendida ante su insistencia, imaginaba lo que quería, pero ella estaba agotada y no se sentía con fuerzas para otra discusión, ni para escuchar más recriminaciones - ¿por qué no lo dejamos...?
- No puede ser – respondió con firmeza.
- A ver, dime – aceptó arrastrando las palabras.
Alba no respondió se limitó a mover las manos nerviosa y a balancearse de un pie a otro. Natalia esperó pacientemente a que le dijera aquello que deseaba, pero la enfermera permanecía silenciosa.
- ¿Pasa algo? – le preguntó al fin Natalia impaciente, deseando meterse en la ducha e irse a la cama.
- Sí – respondió mirándola fijamente sin añadir nada más. Natalia esperó a que lo hiciera, pero Alba no hablaba.
- Y... ¿me lo vas a decir o nos vamos a quedar así toda la tarde? – preguntó con ironía. Su tono alertó a la enfermera que se echó atrás en sus intenciones y decidió hacerle caso a Sara.
- Eeeh... ¿qué favor querías? – dijo de pronto, desconcertando a la pediatra que se esperaba cualquier cosa menos aquella.
- ¿Favor? – repitió intentando recordar a qué podía referirse,
- Sí, antes me has preguntado que si podías pedirme un favor, quiero saber cuál.
- ... nada... no era nada... - respondió recordando aquella parte de la conversación que acababan de mantener.
- ¿Te ayudo a subir? – le preguntó sin insistir.
- Por favor – respondió esbozando una sonrisa, parecía que Alba ya no estaba enfadada y eso la alivió sobremanera.
- Nat... dímelo, dime qué favor querías.
- No es nada Alba... es... - se detuvo y la miró sin decidirse – quería que... me ayudases a... convencer a Germán.
- ¿Convencerlo de qué?
- De... que me deje irme ya de aquí – le pidió creyendo que después de lo que le había dicho antes la enfermera estaría de acuerdo.
- Ya... – respondió frunciendo el ceño y mirándola con aquella expresión que Natalia reconocía tan bien, Alba había vuelto a enfadarse.
- No es que no esté bien aquí – se apresuró a explicarse – es... es que... es Ana. Creo que no está bien y... yo...
- Ya... - dijo cabeceando y apretando los labios en una mueca irónica – Ana, ¿no? – preguntó con sarcasmo, "será más bien Vero", pensó.
- Sí – respondió sin entender su gesto – creo que mi madre no me dice la verdad y... yo... yo... estoy preocupada
- Llámala – le dijo sin más – no entiendo por qué no hablas con ella en vez de con tu madre. Es tu mujer, ya que te saltas las normas a la torera podías hacerlo para hablar con ella ¿no te parece? – le dijo con retintín, mientras el "te quiero" dicho a Vero retumbaba en sus oídos – si hablases más con tu mujer quizás no necesitarías hacerlo tanto con tu psiquiatra.
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La Clínica
FanfictionAdaptación de una historia muy fuerte pero hermosa... Esta historia original pertenece a Moniatic (Maca y Esther)