Capítulo 81

488 29 2
                                    


Alba estaba terminando de sacar algunas cosas, que podían necesitar, de su mochila para meterlas en la de Germán y así poder ir turnándose con la carga como les había recomendado Nancy, cuando Natalia llegó, con esfuerzo, hasta ella.

- No debías moverte por aquí con la silla – le dijo la enfermera – te vas a hacer daño.

- Quería saber cómo estabas.

- Bien – respondió sin mirarla – solo ha sido un golpe sin importancia, me molestó un poco la cadera, pero ya estoy como nueva.

- Pero cojeabas.

- Ya no – dijo con rotundidad - ¿y tú qué? ya me ha dicho Nancy que te ha atacado una hormiga gigante – la miró de reojo burlona mientras continuaba sacando y metiendo cosas en la mochila.

- No te rías que duele bastante - protestó.

- Ya sé que duele, a mí también me han picado en alguna ocasión.

- ¿Te pasa algo conmigo? – le preguntó bajando la voz.

- ¿Qué me va a pasar? – se detuvo en su tarea y la miró extrañada - ¿por qué dices eso?

- No sé, no paras de hacer cosas, no me miras cuando te hablo y desde que hemos llegado aquí arriba, no te has acercado a mí, y....

- ¿Es eso? – la miró burlona - no podemos estar todo el día pegadas, Nat. Annie no sabe nada de... lo nuestro y ...

- No creo que le importe – respondió con rapidez – parece una mujer muy .. moderna y...

- No es solo por ella... no es prudente por los hombres... ya sabes.

- Que me preguntes como estoy no creo que sea un escándalo, ¿no crees?

- A ver, ¿qué te pasa?

- Nada – respondió mohína.

- ¡Ay! mi gruñona – se mofó haciéndole una carantoña - ¿cómo está mi amor? – susurró.

- Bien.

- Nat... que no estarías ahí con esa cara de "quiero contarte algo, pero no me atrevo" si no te pasase nada – la instó a hacerlo.

- No sé, estoy cansada – suspiró – y...

- ¿Te sigue doliendo la cabeza?

- No, pero... - clavó sus ojos en ella, leyó cierta decepción en ellos y se mordió la lengua - ¡pero estoy deseando ver a esos gorilas! – sonrió abiertamente – y... ¡te echo de menos!

- Pero Nat.... – rió aliviada al ver por dónde iban los tiros.

- ¿Qué quieres? vas todo el rato con Nancy y yo... me aburro.

- Nat... ¿Germán no te da charla?

- Poca.

- ¿Y por qué no le hablas tú?

- Porque no quiero discutir con él.

- ¿Y por qué ibas a discutir?

- Eh... por nada, pero ya sabes cómo somos los dos y... luego te enfadas

- ¿Y por eso no habláis? que os haya pedido que intentéis no estar todo el día lanzándoos puyitas no quiere decir que no podáis hablar.

- Se me metan los bichos en la boca – reconoció – no puedo ir agarrada a las parihuelas y apartar las ramas como hacéis vosotros, me voy dando con todas y me cae encima de todo – se quejó.

La ClínicaWhere stories live. Discover now