DURAZNOI HANTAO

Capitulo 94

Dos personas vestidas con trajes marciales completamente negros saltaron sobre la pared de la mansión del Rey Jian. Aterrizaron suave y silenciosamente en las sombras, luego se hicieron señas. Habían visto a Li Yuhan darle al rey Jian muchos billetes de plata hoy, y el mismo Li Yuhan se había ido a toda prisa. Este parecía ser el mejor momento para robarle al Rey Jian.

Se impuso un toque de queda en la ciudad de Jianyang porque estos dos ladrones todavía estaban prófugos. Los dos poderosos guardias tampoco estaban patrullando, y la ausencia de Li Yuhan significaba que la mansión del rey Jian era poco más que un castillo de papel en lo que respecta a esos dos ladrones.

Miraron a su alrededor y rápidamente encontraron el camino que conducía a la residencia principal de la mansión. Los dos saltaron a los tejados y corrieron ligeramente a lo largo de la columna vertebral del techo, llegando a la residencia de Chen Ziqi en poco tiempo.

La mansión estaba en completo silencio. Las ventanas estaban entreabiertas y el interior de la residencia estaba completamente oscuro. Los dos ladrones trabajaron en conjunto; el primer ladrón se adelantó para quitar el pestillo de madera que mantenía abierta la ventana, y el otro ladrón rápidamente atrapó la ventana que caía para permitir que su compañero se zambullera a través de la abertura. No hicieron un solo sonido.

Las personas que a menudo hurgaban en la oscuridad tenían una mejor visión nocturna que la persona promedio. La tenue luz de la luna fue suficiente para que encontraran el estante de curiosidades donde probablemente se guardaba la caja que contenía lo billetes de plata. Parecía que este Rey Jian realmente no estaba bien financieramente. Los estantes de curiosidades de las personas adineradas generalmente mostraban adornos de jade u otras antigüedades preciosas, pero solo había unos pocos libros y un recipiente de incienso de porcelana vidriada en el estante de curiosidades de Chen Ziqi. Ni siquiera había una sola talla de jade.

—Hermano, ¿Qué estás buscando?— dijo de repente la voz ronca de un joven. El ladrón se sorprendió mucho y casi gritó de miedo.

El ladrón se giró para huir, pero Chen Ziqi de repente se quitó las mantas y cargó contra él. El ladrón no podía ver eso claramente en la oscuridad, y solo sintió el viento corriendo hacia él antes de sentir un golpe sólido en su pecho. Su atacante no esperó a que recuperara el aliento antes de seguir con un golpe que lo envió volando. Rompió la ventana por la que había entrado antes y aterrizó dolorosamente en el suelo.

Su compañero que esperaba afuera en el patio exclamó en estado de shock y se dio la vuelta para huir.

"¡Shing!" El sonido de una espada afilada siendo desenvainada resonó en el aire. El ladrón vio una espada que corría hacia él y rápidamente retrocedió unos pasos, logrando evitar la decapitación. Sin embargo, el espadachín no se detuvo. Sus movimientos eran como las aguas que fluyen de los ríos de montaña, y colocó dos golpes más encima del primero. Su espada se retorció rápidamente de nuevo después del primer golpe y asestó otros dos golpes en rápida sucesión.

Esos poderosos golpes atravesaron la ropa oscura del ladrón y lo tiraron al suelo.

Chen Ziqi encendió las velas de la casa. Los alrededores brillaron a la vista de inmediato. Chen Ziqi vestía solo su ropa interior y estaba descalzo en el suelo frío. De repente sintió bastante frío y no pudo evitar encoger los dedos de los pies.

Dan Yi saltó de la cama y caminó rápidamente para levantar a Chen Ziqi en sus brazos.—¿Por qué no usaste zapatos?— preguntó. Él mismo estaba desnudo, vestido solo con un par de calzoncillos escarlata.

—Estoy atrapando a un ladrón. No tengo tiempo para ponerme los zapatos— dijo Chen Ziqi, aprovechando la oportunidad para tocar subrepticiamente el pecho sólido y tonificado de Dan Yi. Saltó de los brazos de Dan Yi, metió los pies en un par de zapatos y se cubrió con una túnica exterior antes de salir.