DURAZNOI HANTAO

Capitulo 61

Los huesos se habían dejado allí durante años con solo una montaña verde como lápida, y no se pudo encontrar un conjunto completo, probablemente porque los lobos salvajes se habían llevado algunos. Chen Zimo se arrodilló en el suelo y los recogió uno por uno.—Jiugong [1], ¿Reconoces estos huesos?— preguntó.

Cheng Zhou miró la pila de huesos blancos y sus dedos temblaron a pesar de sí mismo. —Zimo, tú ...

—Cheng Jiayao, la hija no legítima de la familia Cheng, fue entregada al servicio del anterior Emperador cuando visitó la Secta Suxin en el octavo año del gobierno del Emperador Zhenlong. Ella dio a luz a un hijo al año siguiente y lo llamó Cheng Mo. En el undécimo año del gobierno del Emperador Zhenlong, una hija de la familia Cheng fue aceptada en la Secta Suxin como discípula principal en reconocimiento a sus contribuciones. En el undécimo mes lunar del mismo año, la hija legítima de la familia Cheng, Cheng Jiazhen, murió en el acantilado Wangchuan y no se pudo encontrar su cuerpo — dijo Chen Zimo, recitando sin tono los registros que había visto en el registro familiar de la ciudad de Lu. Luego tomó un trozo de tela verde de las manos de su guardia y envolvió los huesos en él.

Los labios de Cheng Zhou temblaron. No pudo decir nada.

Ese año, había estado viajando por el mundo y no tenía muy claro las cosas que sucedieron entonces, pero sabía con certeza que la que había sido sacrificada al Emperador era Cheng Jiayao, no Cheng Jiazhen. Después de la masacre de su familia, se sorprendió cuando vio a Cheng Jiazhen en la Secta Suxin en lugar de Cheng Jiayao, pero ella se negó a darle una explicación cuando él le preguntó al respecto. Sin embargo, no fue difícil adivinar lo que había sucedido.

Entonces, la que murió en el acantilado Wangchuan realmente fue Cheng Jiayao.

— Tú ... ¿Cuándo te enteraste de esto?— Cheng Zhou preguntó con dificultad.

— Hace mucho tiempo— dijo Chen Zimo, poniéndose de pie. Puso los huesos envueltos en un ataúd que había preparado de antemano. — Por la época en que tenía siete u ocho años. No recuerdo exactamente cuándo.

¿Lo había sabido desde que tenía siete u ocho años? Cheng Zhou estaba atónito. Eso significaba que lo había sabido incluso cuando Cheng Zhou había comenzado a enseñarle artes marciales. En ese momento, Cheng Jiazhen había sido juzgado como loco y encerrado en el Palacio Yeting. Involuntariamente retrocedió unos pasos. Siempre había pensado en Chen Zimo como un niño sencillo, honesto y taciturno, pero saber que había guardado un secreto como este en su corazón todo este tiempo de repente le hizo cambiar de impresión. La capacidad de Chen Zimo para resistir y su capacidad para planear en silencio: Eran cosas que se temían.

— Cuando era joven, realmente solo quería que mi madre me tratara un poco mejor. No importaba si me pegaba, me regañaba o me mataba de hambre. No la odiaba porque era mi madre. Pero al final, no lo fue. De hecho, fue la asesina que mató a mi madre. Mató a la persona que nunca me regañaría ni me pegaría, a la persona que siempre me dejaría comer y me preguntaría si tenía frío o calor. Y aquí fue donde la mató — dijo Chen Zimo, su tono oscuro mientras acariciaba los huesos en el ataúd con manos amorosas.

Madre, tu hijo llegó demasiado tarde. Has dormido bajo este acantilado durante demasiado tiempo. Si todavía estuvieras viva, definitivamente serías como Chang mufei, haciéndome ropa, poniendo comida en mi plato, frotando mis moretones cuando me caía y golpeándome las orejas cuando era travieso. Incluso cuando te enojaras mucho y me dabas una buena paliza, te dabas la vuelta y llorabas en secreto cuando yo no miraba ...

— Jiugong , dime cómo era mi madre— dijo Chen Zimo, mirando a Cheng Zhou.

Cheng Zhou se dio la vuelta, sintiéndose avergonzado. Sin embargo, no tenía dónde esconderse. Permaneció en silencio un rato antes de hablar.— Jiayao era una chica muy amable y tímida. Todos los años, cuando volvía a casa, siempre la veía parada justo en la parte de atrás.