DURAZNOI HANTAO

Capitulo 129

La razón por la cual el poder y la influencia de las sectas de artes marciales pudieron superar al Emperador también se debió al hecho de que estas sectas tenían innumerables discípulos. El número de discípulos directos, discípulos honorarios, discípulos de la secta subordinada y discípulos de la familia vasalla era lo suficientemente grande como para ser considerado un ejército formidable.

Fue difícil atacar la Residencia de la Montaña Jihe, pero sus defensas no eran impenetrables. Con suficiente esfuerzo, se caería. Dan Yi todavía se estaba recuperando de sus heridas internas y no pudo soportar otra ronda de intensa batalla.

—... ...

Dan Yi había pensado que su Qiqi se había estado preparando para demostrar su brillantez como estratega militar, pero su conclusión aún había sido escapar. Dan Yi miró inexpresivamente al espacio por un momento, luego no pudo evitar reírse entre dientes, tirando de Chen Ziqi a sus brazos para golpearle la cabeza con los nudillos.

—No hemos hecho nada malo, entonces, ¿Por qué deberíamos molestarnos en pelear con ellos? La crisis del Gusano de Sal no va a terminar aquí, así que también podríamos esperar a que vengan arrastrándose hacia nosotros y suplicando— dijo Chen Ziqi, sentándose en los muslos de Dan Yi y balanceando sus piernas casualmente.—Sin embargo, dado que se han tomado la molestia de venir, deberíamos darles algo.

El gran maestro Liao Ji recuperó la conciencia y le dijeron que los discípulos de las sectas Liuhe y Jiang habían muerto quemados. Inmediatamente vomitó un bocado de sangre al escuchar esta noticia. —¡Este es un gran pecado! ¡Un gran, gran pecado!

En la plaza frente a la Secta Liuhe, los que habían perdido a sus parientes y amigos estaban muy enojados, gritando que la sangre que habían derramado sus seres queridos tenía que ser pagada.

—¡Maten a los demonios del Palacio Guiyan! ¡Destruyan a las Sectas Demoníacas!— Los discípulos justos habían comenzado a referirse a las Sectas Arcanas como las Sectas Demoníacas ahora. Los demonios eran seres malignos que causaban la muerte de seres humanos, y todos sabían que había que exterminar a los demonios.

Luo Hongfeng levantó un puño hacia el cielo y gritó en voz alta. Todos lo siguieron sin cuestionar, maldiciendo y cortando su camino hacia la Residencia de la Montaña Jihe, jurando que la arrasarían aunque fuera lo último que hicieran.

—¡Esperen!— Gritó Liao Ji, corriendo hacia adelante. Usó su energía interna para aumentar su voz, e incluso las personas más alejadas de él podían escucharlo claramente. —¡Líder de la confederado Luo, este viejo monje opina que lo más importante ahora es encontrar la cura para los gusanos demoniacos! ¡No debemos perder el tiempo peleando con las Sectas Arcanas! ¡Además, ni siquiera está claro si las Sectas Arcanas tienen algo que ver con esto!

Las sectas justas llamaban a los gusanos de sal "gusanos demoniacos", ya que convertía a la gente normal en demonios enloquecidos.

Liao Ji ocupaba un alto cargo en el mundo de las artes marciales y, por lo general, cuando hablaba, la gente escuchaba. Sin embargo, esta vez, la gente acababa de ver a sus seres queridos morir ardiendo ante sus propios ojos, y casi habían perdido el sentido de la razón.

—Si queremos salvar a la gente, primero debemos tener al Líder Demonio a nuestro alcance. Gran maestro, ¿Cree que la Secta de los Diez Mil Venenos simplemente entregará la cura de los gusanos demoniacos voluntariamente? ¿O que el Valle de las Cien Hierbas realmente tiene corazón para salvar a la humanidad? —Gritó uno de los discípulos de la Secta Liuhe, con los ojos rojos de emoción.

—¡Mata al líder demonio! ¡Maten a las Sectas Demoníacas!— gritó el líder de la secta Jiyang, Yao Xiong.

—¡Mata al líder demonio! ¡Maten a las Sectas Demoníacas!—la multitud gritó en respuesta. El sonido fue tan fuerte que parecía que alcanzaría el noveno nivel del cielo. Todos cargaron hacia adelante y desaparecieron en una nube de polvo a través de las llanuras de Bahuang.