La transmisión de la emperatriz IV

Capítulo 657: Unificando Wanzhou (X)

Desde el principio, un consejero militar tuvo un corazón fuerte. No solo era despiadado con su enemigo, sino que era aún más despiadado con su gente y con él mismo.

El subjefe no pudo describir ese sentimiento, pero cuando escuchó la explicación de Wei Ci, solo había un pensamiento en su mente. Temor.

¿Qué tan despiadado era él que estaba dispuesto a "pedir la muerte" para atrapar a su enemigo?

Wei Ci explicó su plan en detalle. Pasó un tiempo antes de que "solicitara" la opinión del subjefe.

"General, ¿cómo se siente con este plan?"

El subjefe se recuperó y balbuceó: "Muy bien ... Señor, todo lo que diga vale".

"Ya que es así, será un placer cooperar".

La sonrisa de Wei Ci era tan hermosa, como un cielo despejado después de la lluvia. Uno no pudo evitar suspirar de admiración por su elevado carácter moral. Era un noble elegante.

Sin embargo, el subjefe no podía estar contento de tener su atención. En cambio, sintió la necesidad de temblar como si tuviera frío. Todo su cabello se puso de punta.

Los literatos eran terroríficos. Primero, estaba An Cui, que había tomado a todos por tontos hasta que no distinguieron la izquierda de la derecha. Luego, estaba Wei Ci, que podía cambiar de posiciones pasivas a activas a pesar de estar en el campamento enemigo.

Si es posible, el subjefe nunca volvería a provocar a literatos tan desalmados.

Se escuchó un ruido poco después de que el subjefe entrara al salón principal. El ruido fue seguido por el sonido de una espada al ser desenvainada y un abrupto chillido espeluznante. Los guardias apostados afuera pensaron que alguien había atacado al segundo comandante y se apresuraron a entrar. Todos estaban impactados por la escena frente a ellos.

Vieron a un joven vestido con un traje de erudito verde oscuro en el suelo, acurrucado y agarrándose el abdomen. No se podían ver sus rasgos faciales, pero un charco de sangre espesa y oscura se extendía por su cuerpo. Algunos de los guardias comprendieron de inmediato quién había sido asesinado y se pusieron pálidos como la muerte. ¡Se suponía que el mensajero se salvaría cuando dos enemigos cruzaron espadas!

Ahora que el subjefe había ejecutado al mensajero de Liu Xi con rabia, las dos partes estaban en una situación en la que ninguna descansaría hasta que la otra parte estuviera muerta.

Si fueran derrotados en el campo de batalla, Liu Xi podría matar cruelmente a todos en la ciudad y matar a todos sus cautivos para descargar su ira.

"¿Debería tener miedo de ese niño Liu Xi?" El subjefe se carraspeó y dijo con voz ronca: "Lo cortaría si viene aquí en persona, y mucho menos un mensajero que envió. Lao Tse lo mataría a golpes. Arrastra este cuerpo y córtalo para alimentar a los perros. Recuerda limpiar los huesos y enviar algunos a Liu Xi, ese ladrón. ¿Charla de paz? ¡Que se joda su abuela! Mata a todos los que envía aquí. ¿Cree que puede intimidarme? ¿Cree que el Red Lotus Group es una broma? "

El subjefe estalló de ira. Nadie se atrevió a intentar persuadirlo, solo podían obedecer la orden y sacar el cadáver del joven afuera.

El intenso olor a sangre se extendió por la habitación mientras las luces parpadeaban, apagándose y encendiéndose una y otra vez. Todo el asunto provocó una sensación de pavor en los guardias.

El subjefe caminaba de un lado a otro ansiosamente con una expresión sombría. Estaba muy lejos de la fachada dura e imponente que había presentado cuando se trataba de "ejecutar" a Wei Ci.