La transmisión de la emperatriz IV

Capítulo 726: Frente al Paso de Jiamen (VI)

La ruta accidentada y montañosa serpenteaba arriba y abajo, con bifurcaciones en el camino que aparecían constantemente. Era una trampa natural para que la gente se perdiera.

Pero bajo la guía de Jiang Pengji, las cosas resultaron ser mucho más fáciles de lo esperado.

Mientras tanto, Yang Jian y sus hombres idearon un plan.

En comparación con sus experiencias con muchos ríos más peligrosos, este no fue un gran desafío para los excelentes nadadores de la fuerza de Yang Jian.

"Shaoyang, ¿estás bien?" preguntó Yang Tao.

La respiración de Yang Tao era muy corta. Su rostro se había librado recientemente de la apariencia adolescente y comenzaba a mostrar más el vigor y la determinación de un hombre joven.

Comparado con el espíritu libre y la actitud audaz de Yang Tao, Yan Lin siempre mantuvo su compostura y dignidad.

"Estoy bien, Zhengze", dijo Yan Lin. "También podrías seguir adelante y cuidar al señor. Su herida de flecha aún no ha sanado. Requiere una estrecha observación".

Teniendo en cuenta su condición, Yan Lin no quería que Yang Jian fuera parte de esta misión. Yang Jian, por otro lado, estaba preocupado por su hijo, quien, a sus ojos, era tan afilado como una canica. Realmente no quería que Yang Tao dirigiera el ejército solo.

Yang Tao asintió con seriedad. "Cuídate tú también, Shaoyang".

A pesar de lo turbulento que era el río en el invierno, el nivel del agua era más bajo que en las temporadas de inundaciones, revelando las pendientes de la costa a ambos lados del río.

Las pendientes eran bastante suaves, lo que facilitó mucho las cosas.

Este fue un elemento importante que podría permitir a Yan Lin vencer a Jiang Pengji y llegar antes al lugar de encuentro.

Las dos fuerzas marcharon en sus respectivas rutas con total concentración, ya sea en el río o sobre la montaña.

Los campamentos de la alianza cerca del paso de Jiamen todavía estaban ocupados y ruidosos. Todos seguían divirtiéndose hasta que el horizonte brilló, rompiendo la oscuridad.

El cielo cambió, de más oscuro a más brillante, cada tono de gris hasta que estuvo totalmente brillante afuera.

Todos los señores estaban preocupados por sus propias agendas. Además de eso, Liu She había hecho deliberadamente un trabajo de encubrimiento para la misión secreta de Jiang Pengji y Yang Jian. Nadie se dio cuenta de que habían desaparecido un total de 25.000 hombres.

Por supuesto, sería imposible ocultarlo para siempre.

Dos fuerzas separadas por un total de 25.000 hombres. Incluso el menos observador eventualmente se daría cuenta.

Lo gracioso fue que, cuando lo hicieron, ya era el atardecer del día después de que Jiang Pengji y Yang Jian se fueran.

Todos estaban molestos por el descubrimiento.

An Cui había visitado en secreto a Wuma Shang, el jefe del condado de Shanghái, con la esperanza de obtener algunos beneficios.

Al escuchar la noticia, An Cui se volvió hacia Wuma Shang y vio la fría sonrisa en su rostro.

"Liu Xi estaba sobrevalorado. Qué cobarde por acobardarse. Teniendo un hijo así, Liu Zhongqing probablemente llorará hasta la ceguera".

Wuma Shang resopló. Aunque no tenía conflictos personales con Jiang Pengji, todavía odiaba al padre y al hijo de la familia Liu.