Convallaria - Llegada de la felicidad

C116 - Imposible

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―¡Quiero tu trono! 

Yin Suye lo dijo muy casualmente, pero la poderosa presión revelada en sus fríos ojos dejó claro que no estaba bromeando, sino que realmente quería la vida de Wang Batian y su trono.

―¡O puedes darme tu vida! 

La comisura de su boca se desplegó lentamente en un arco como si estuviera mirando al mundo, junto con un aura que hace que uno se estremezca. En este momento, él es Yin Suye, el Rey Supremo que solía gobernar en su vida pasada.

―¡¿Has estado jugando conmigo todo este tiempo?! 

Al escuchar las dos opciones que propuso Yin Suye, aunque Wang Batian tenga reflejos lentos, ¡ahora mismo también puede comprender que ha sido engañado por Yin Suye!

―En. 

Ya que ambos han arrancado su lado agradable, Yin Suye naturalmente no tendrá que dar más la cara a Wang Batian.

―¡Buscando la muerte! 

Al ver que Yin Suye realmente le admitía eso en la cara, Wang Batian sintió que no podía escupir los sentimientos negativos de su corazón.

―Si quieres destruir la Capital, puedes empezar a luchar aquí.

Yin Suye no parecía sentir ningún peligro, solo miraba con indiferencia a Wang Batian. No había ninguna expresión adicional en su exquisito rostro, ni ninguna emoción de sorpresa en su par de ojos. Ni asco, ni ira, ni resentimiento, simplemente lo dijo con toda claridad.

―¡Maldición! 

Wang Batian, que ya ha reunido sus fuerzas y se ha preparado para dar una lección a Yin Suye, solo pudo recuperar su poder de mala gana. Aunque la mazmorra es muy fuerte, no puede resistir la onda de energía del Rey Supremo, y la mazmorra está construida bajo la Capital. Si el calabozo es destruido, toda la Capital estará en peligro de colapsar. Wang Batian es el Rey Supremo de la Capital, naturalmente no hará ningún movimiento que destruya la Capital.

―¿Salimos a luchar? 

Yin Suye abrió ligeramente los labios, y la curva de sus labios desprendía una fuerte confianza como si pudiera controlar todo lo que estaba en sus manos. No quería destruir la Capital también, pero con Wang Batian que es más fuerte que él, Yin Suye sólo puede ir a por todas. Temiendo no poder controlar su poder en la batalla más tarde, le recordó a Wang Batian que su ubicación actual no es adecuada para la batalla.

―¡Hmph! ―La abrupta propuesta de Yin Suye hizo que Wang Batian se quedara ligeramente aturdido.

Miró a Yin Suye actuando con tanta calma y naturalidad, y se sintió muy incómodo. Seguía sintiendo que algo se le escapaba poco a poco de las manos. Los años de experiencia le hicieron sentirse un poco vigilante, pero al segundo siguiente reprimió este pensamiento. Él es el Rey Supremo, la supremacía de la raza humana, no tiene que ser tan vigilante contra un pequeño cultivador de la etapa Imperial.

No importa qué tipo de habilidad para desafiar al cielo tenga Yin Suye, no puede hacer ningún truco bajo sus ojos. ¡Espera y verás más tarde cómo hará que Yin Suye se dé cuenta de lo equivocado que es conspirar contra él! Así, Wang Batian lanzó su manga a Yin Suye y salió de la mazmorra. Solo hay una salida en la mazmorra. Mientras espera en la salida, no teme que Yin Suye huya.

Ante la actitud despectiva de Wang Batian, la mirada de Yin Suye era indiferente y en ella había un escalofrío que podía congelar instantáneamente a la gente. Su perfecto rostro también estaba teñido de frialdad. También desdeñaba hablar con Wang Batian, pero necesitaba tiempo para que su cuerpo volviera a estar en las mejores condiciones, así que hizo lo que tenía que hacer.