Con Una Mano El Látigo Y Con La Otra El Pan

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Ya habían pasado dos meses desde que se fue Kiu Jogo, ya en la mitad de año. Nadie sabía que le había ocurrido al lisiado y al joven patriarca.

La secta se volvió muy callada, los discípulos exteriores y interiores entraban y salían de la secta en silencio, los anciano les advirtieron que en este momento la secta estaba en un estado muy delicado.

El patriarca había salido de reclusión y tomó a un sucesor, ahora estaba ocupado y no podía prestarle atención a problemas triviales entre los discípulos.

Los sirvientes estaban más restringidos, ahora con horario de trabajar y dormir, casi nada para sus cultivos.

Muchos se quejaban con los ancianos y ellos solo podían pedir paciencia, hasta ellos estaban incómodos con algunos nuevos cambios.

Los profesores estaban solo cultivando, ya que ninguno de los sirvientes o discípulos tenían tiempo para las clases.

Fue un período de calma, una calma muy aburrida y con falta de emoción.

La secta Luna Vacía estaba callada.

Algunos sucesos pasaron en las sectas cercanas, al parecer había un conflicto entre dos sectas. La secta sangre carmesí y noche divina.

Ambas eran sectas  iguales de poderosas a la secta Luna Vacía, solo que esta nunca había tenido problemas con las demás sectas en el transcurso de su crecimiento.

*        *
     *       *

Los días parecían fríos, todo estaba callado pero no tanto como en una habitación. En esta habitación estaba un joven.

Parecía tener trece años, su apariencia era muy normal si no fuera por sus ojos vacíos y su piel pálida.

“Vacío”

Repetía estas palabras cada tres minutos sin ningún resultado, este joven era Li Shuma, habían pasado dos meses y sólo podía estar sentado.

No comía, su cuerpo no le pedía nada de eso, ni el mismo lo sabía.

De vez en cuando se intentaba parar y caminar, solo que sus piernas cedían y volvía  al suelo.

El anciano Jun de vez en cuando lo visitaba y revisaba sus meridianos, incluso contacto con un alquimista bastante bueno para ver si habían curas para sus ojos.

Quería por lo menos dejarlo ser un mortal feliz, no un lisiado que no sintiera ni hambre.

“Anciano Jun… Siento calor en mi cuerpo cuando duermo, es como si la energía espiritual se filtrar  y saliera” Dijo Li Shuma mientras se intentaba parar.

Aunque no podía hacer nada, su aura depredadora seguía funcionando. Podía sentir las presencias alrededor de veinte metros.

Su aura todos los días era usada todo el tiempo, por lo que su mejora era continua.

“Shuma… ¿Qué debo hacer?” El anciano Jun parecía estar en sus últimos años de vida, el estrés era tanto que todo su cabello empezó a tornarse blanco y de vez en cuando se le caía.

Li Shuma estaba inexpresivo, no podía escuchar. Solo hablar.

“Anciano Jun, Quiero que me encierres en una cueva durante un año” Dijo Li Shuma al seguir sintiendo la presencia del anciano Jun.

“¿Por qué?” Dijo el anciano Jun, solo que Li Shuma nunca le respondió.

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Pasaron tres meses más, Li Shuma cumplió trece años. La secta poco a poco volvió a la normalidad y ya se habían olvidado del lisiado.

Solo podían recordar al joven patriarca, Kiu Jogo.

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