Preparativos

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Li Shuma se encontraba en su habitación, las noticias se volvieron realidad. Cientos de discípulos fueron repartidos para las diferentes localizaciones en donde estaban las luchas fuertes.

Los sirvientes se encargaban de dar suministros y llevar materiales ah dichos lugares, Li Shuma no había sido asignado a ninguna misión afuera de la secta.

Eso si, tenía por lo menos cinco misiones diarias, todas eran de recolectar hierbas  y otros materiales.

Por lo que se lo pasaba muy ocupado durante el día y casi nada para su cultivo, esto causó que sintiera ganas de irse de la secta.

No sólo su talento era malo, también necesitaba tiempo para el y ahora no podía por las cosas de la secta.

Una secta que le debía...

Con el paso de estas misiones su entendimiento con las hierbas  espirituales. No sólo esto tuvo que cazar algunas bestias espirituales.

Hace algún tiempo antes de entrar a la secta se encontró con un joven rubio y alto, su nombre era Xao Beng, le dio algunos jades llenos de información.

Algunos eran de hierbas espirituales, otras eran sobre bestias y sus órganos que fueran productivos para la alimentación de Mishu.

Antes no había prestado atención al crecimiento de Mishu, había sido algo descuidado y en los últimos días estuvo cazando bestias y haciendo manjares para Mishu.

Cada vez que Mishu comía su cuerpo se volvía más grande y sus alas más hermosa, en unos pocos años se volvería un fénix muy hermoso.

“Ojalá pudiera tener una guía pasa mejorar mi físico solo comiendo… Que envidia” Sonrió y siguió con sus estudios en los jades.

Al ver como Mishu aumentaba su fuerza con solo comer, hizo que se sintiera algo envidioso.

Estuvo tanto estudiando como entrenado que pudo partir su conciencia en dos, en la cual mientras estudiaba podía cultivar.

Esto era algo que usaban mucho los alquimistas, ya que tenían que estar siempre alertas con los ingredientes mientras manipulaba la llama.

Los herreros y diferentes oficios hacían lo mismo, solo que Li Shuma lo usaba para estudiar, no para producir.

Mishu también tenía una habilidad muy única de los fénix, cuando un fénix llora otorga una lagrima de fénix. Esta puede curar heridas graves.

Mishu era un bebé y cada rato lloraba cuando Li Shuma cocinaba mal la comida para él. Por lo que ahora tenía una gran cantidad de lagrimas de fénix.

Cada lagrima de Mishu era una curación de emergencia, no eran tan fuerte como la de un fénix adulto. Sólo que pues ¿Esto no es mejor que nada?

Mientras Li Shuma hacia algunas comidas para Mishu pudo determinar cómo cazar a las bestias. Al principio fue algo directo.

No obstante aprendió como cazar las bestias sin que estas pudieran detectarlo. Su aura lo ayudaba bastante y su comprensión con la caza fue mejorando.

Con el pasar de todos los días pasaba lo mismo, misiones, caza, entrenamiento y estudiar.

Con otras dos semanas ya había aprendido todo de los jades, incluso pudo ver algo de un mapa. Este mapa era para una cueva.

No sabía exactamente donde quedaba, solo sabía que era una cueva para esconderse de cualquier cosa.

Seria de gran ayuda en el futuro…

Al no tener nada que estudiar tuvo que seguir estudiando se encargo de mejorar su técnica con la espada, cada vez se sentía mejor al usarla y su comprensión con las técnicas eran más simples.

Ya no hacía tantos movimientos innecesarios, eran más rápidos los cortes y su fuerza mejoró.

Su cuerpo era algo pequeño, pero ya media más de 1,60. Trece años y esta estatura estaba muy bien.

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Un mes después de que Li Shuma avanzó a la tercera etapa ya había logrado un tercio en su progreso hacia la cuarta etapa de la cultivación de Qi.

Su tiempo fue cada vez menos, las tareas diarias superaban las diez y los castigos ya ni se aplicaban.

Cada sirviente estaba totalmente ocupado con estas misiones y más y más heridos volvían de las batallas.

Cada uno de ellos contando como es que eran golpeados por los otros discípulos, algunos contaron que los sirvientes de las otras sectas también estaban luchando.

Los sirvientes siempre estaban entre la quinta y séptima etapa, los discípulos exteriores entre la séptima y decima. Los discípulos internos estaban en la fundación de Qi.

Los elegidos eran los cuales tenían un gran potencial, no se median por el cultivo y en vez de eso lo hacían por su rápido progreso y destreza en batalla.

“¿No debería haber sido yo un elegido?” Fue un pensamiento que tuvo al darse cuenta de su lento progreso. Esto sólo lo motivaba más en pensar en la octava etapa.

El ejercicio era diario en el día a día de Li Shuma, literalmente se la pasaba corriendo de lado a lado en la secta.

Para compensar tenía que cargar con varios troncos en su espalda y llevarlos a las defensas de la secta, estas fueron llevadas a los lugares en donde estaban todas las batallas.

Las luchas fueron lejos de la secta, no eran cerca por solo moralidad, una vez que una secta ataca así sea por poco una defensa de una secta es una declaración de guerra inmediata.

Por eso solo usan los discípulos para desgastar a las otras sectas y así que los ancianos y el mismo patriarca pueda determinar cual es la secta ganadora.

Solo que ahora que eran tres sectas en conflicto, tres. Por lo que si no formaban una alianza era posible que terminarán con la exterminación de las otras.

La secta Luna Vacía fue una secta que sólo tuvo roces con la guerra de estas dos, sangre carmesí y noche divina.

Los ancianos fueron llevados a las luchas más intensas, los discípulos exteriores como apoyo. Los internos fueron los determinantes de la mayoría de luchas.

Los ancianos normalmente están en el núcleo de Qi, otros pocos en el nacer del alma. Aunque los cultivadores que están en la etapa del núcleo de Qi son fuerte ¿Cuánta fuerza pueden soportar los ancianos contra una horda  de cultivadores llenos de intención de sangre?

Por muy fuerte que sean los cultivadores tienen un límite, incluso el patriarca de una secta no se puede encargar de toda su secta con solo su fuerza.

Por lo que cuánto mayor discípulos mueren, menos poder ofensivo tienen las sectas. Por eso siempre están las temporadas de reclutamiento.

Ahora estaban usando un método poco usado, usan a los sirvientes como carne de cañón, si mueren veinte sirvientes pero ellos se llevan al infierno a un discípulo exterior ¡Es un precio justo!

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Li Shuma recién salía de su entrenamiento diario y recibió un mensaje a su colgante.

Fue asignado a una misión… Fuera de la secta.










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