1. El diario de James

253 17 29
                                    

Llegó el último día del año. Pensé que me la pasaría en casa planeando cómo hacer miserable a Stefan cuando Clint me llamó. Me dijo que me asomara por la ventana. Eso hice. Él estaba afuera en su auto. Me pareció extraño. Salí rápidamente. Lo cuestioné con la mirada.

— Quiero que vengas conmigo— dijo.
— ¿A dónde?— pregunté.
— A la playa.

No entendí eso pero dije que sí. Él me contó que estaba bastante lejos así que volveríamos al día siguiente. Le pedí permiso a mamá y no parecía querer dejarme. Pero mi papá aceptó inmediatamente. Dijo que salir con amigos en fechas como esas sería muy bueno para mí. Alisté un par de cosas y subí a su auto.
Pensé que en algún momento pasaríamos por los demás pero entramos a una autopista.

— ¿Los demás no vendrán con nosotros?— pregunté.
— No, sólo seremos tú y yo.

Eso me asustó bastante pero era muy efectivo para mi plan. Entendía que fácilmente Clint podía asesinarme y arrojar mi cuerpo por ahí sin que nadie sospechara nada pero no me interesaba. Quería hacerlo pagar por todo. Que sufriera. Y para eso debía estar tan enamorado que simplemente estar lejos de mí le doliera. No me interesaba a qué costo pero lograría tenerlo entre mis manos. Había decidido ir hasta el final y eso haría. Nada me detendría.

Viajar con Clint no fue tan malo como pensé que sería. Él no estaba enfocado en sus asuntos así que parecía relajado y de buen humor. Simplemente me dediqué a fingir que era tierno, inocente y muy tonto. Intenté mantener conversaciones sobre cualquier cosa que no fuera nada importante. Él siempre parecía enojado, frustrado, estresado y cansado. Pero en ese instante mientras conducía por las autopistas y había una canción agradable en la radio, me pareció que de verdad estaba feliz.

— ¿Estás seguro de que puedes tomarte tanto tiempo?— le dije.
— Jack se hará cargo de algunas cosas por mí— dijo.

Siempre quise saber qué pasaba entre ellos dos. Así que pregunté.

— Parece que confías mucho en él— dije.
— Es bueno haciendo algunas cosas— dijo él.
— Sí, se ve que es muy listo... debe ser de mucha ayuda en momentos como este... qué envidia, me gustaría ser tan útil como él.
— ¿De qué hablas? Tú haces más por mí que todos ellos juntos.
— ¿De verdad? No siento ser de mucha ayuda— dije.
— Me ayudas mucho estando a mi lado— dijo.

Qué declaración de amor tan patética, pensé. Clint no sabía cómo ser romántico... es más, estaba seguro de que no trató de hacer eso con ese comentario. Simplemente dijo lo que sentía. Eso era bueno, no me estaba escondiendo nada.

— ¿Cómo conociste a Jack?— pregunté.
— ¿Por qué te interesa Jack?— dijo.

Yo no podía decirle a Clint que Jack me gustaba mucho pero deseaba poder hacerlo. Es más, era algo que quería decirle en algún momento. Seguramente lo lastimaría. Él no aceptaba a Jack como un igual, reconocía sus habilidades y le aceptaba algunos consejos pero no lo veía como si fueran iguales. Pero en mi mente Jack era bastante superior. Clint me había golpeado, Jack jamás lo haría. Él me cuidaba, se preocupaba por mí y cuando revolvía mi cabello o me prestaba su abrigo, me hacía muy feliz. Posiblemente no sentía nada por mí y no me importaba. Yo era perfectamente feliz simplemente viéndolo. Hablando con él. Sintiendo su dolorosa amabilidad. Él era tan bueno que dolía que no me amara. Pero mis deseos de venganza eran más grandes que mi amor por él. Si debía sacrificar todo con tal de hacer pagar a Clint, lo haría sin pensarlo.

Es más, estaba dispuesto a morir. Nada me interesaba ya.

— Porque de verdad me da mucha envidia que sea tan cercano a ti— dije.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now