6. El diario de Zac

58 14 38
                                    

Will y yo nos organizamos para poder visitar a mi padre. Sería en su día libre. Le llamé al asistente de papá para avisarle que iríamos. Quería hacer de eso lo menos dramático posible. Deseaba poder manejar todo como el adulto que era.
A Neil no le gustó la idea de terminar todo tan radicalmente. Creía que estaba siendo muy extremo al darle a elegir esas cosas a mi padre pero le dije que mi padre me dio a elegir algo en algún momento y no le importó así que a mí tampoco debía interesarme. Neil me miró preocupado por eso pero le dije que confiara en mí. Todo saldría bien.

Will y yo llegamos al edificio de gobierno muy temprano ese día. Me encontré con Tom, el asistente de papá en la puerta.

— El señor Benette los espera en su oficina— dijo él—. La señora Benette está en el pasillo.
— ¿Quién?— dije.
— Jill— me dijo Will.
— Cierto, ahora es la señora Benette— dije—. Qué raro.

Entramos. Efectivamente Jill estaba ahí. Se acercó para abrazarnos.

— ¿Están seguros de que quieren hacer esto?— dijo preocupada.
— Tengo que hacerlo— dije—. No pasaré un día más preocupado por esto. Así que deséanos suerte.

Fuimos al final del pasillo, en la oficina del alcalde que tenía su nombre en la puerta. Había una mujer afuera. Debía ser su secretaria. Nos dijo que podíamos pasar. Respiré profundo, miré a Will y luego entré.

Papá estaba detrás de su escritorio, con su traje y su cabello impecable, mirándonos seriamente. Enfrente del escritorio habían dos sillas. Me acerqué y me senté. Se sentía muy extraño estar ahí.

— De acuerdo, hagamos esto rápido— dije tratando de parecer lo más relajado posible—. Vine hasta aquí porque hay algo que quiero proponerte.

Él estaba mirando a Will pero luego me observó a mí. Nuestros ojos se encontraron.

— ¿Quieres proponerme algo?— me dijo—, ¿Tú?
— Así es— dije—. En realidad es bastante sencillo. Te daré a elegir entre dos opciones. Puedes escoger la que más te guste, estoy realmente cómodo con la que sea.
— ¿Quieres hacerme elegir?
— Sí, ya que ese parecer ser tu método para conseguir resultados exitosos decidí intentarlo también. Porque soy tu hijo después de todo.

No se veía para nada feliz. Pero yo tampoco lo estaba así que ya no importaba.

— Acepta lo nuestro y hablemos, esa es la primera opción— dije—. La segunda es que me jures que no volverás a buscarme jamás. Que te olvidarás de mí y pretenderemos que nunca nos conocimos.
— ¿Eso es todo?
— Sí, te dije que no era complicado. Así que dime qué pasará para que pueda irme. Estamos ocupados y tú también así que no hay que perder el tiempo.

La tensión ahí era tanta que hasta podía verse. Will lucía increíblemente incómodo, papá lo miraba con ira de vez en cuando. Lo pensó por unos segundos.

— Jamás aceptaré esto— dijo.

Sonreí.

— Lo sabía— dije de buen humor—. Fue un placer conocerte. Si vuelves a acercarte a mi departamento obtendré una orden de restricción en tu contra y estoy hablando en serio. Sólo olvídate de mí y a cambio yo no volveré a pensar en tu nombre siquiera. Hablé con Neil y él está de acuerdo en que use su apellido así que no te preocupes porque ensucie tu bello nombre, no tendrás relación conmigo para nada. En cuanto a todo lo que gastaste en mí, te lo pagaré algún día. No te deberé nada, lo prometo. Así que con todo en orden, mi prometido y yo te dejaremos seguir con tu trabajo.

Me levanté.

— No estoy de acuerdo— dijo papá muy serio.
— Yo tampoco lo estaba ese día pero tú sólo me diste dos opciones muy radicales para elegir y eso hice— dije—. Ahora es tu turno.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now