53. El diario de Zac

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Seguí mi camino. El profesor y Ben me siguieron. No me detuve hasta que estuve afuera en el estacionamiento. Subí al auto. Me sentía terriblemente confundido. ¿Qué fue lo que pasó como para que Will se disculpara así? Porque se veía muy preocupado. Así que debía ser algo grave. Definitivamente lo era, me evitó por días. Pero yo no recordaba nada.

Cuando me di cuenta, Ben y el profesor me miraban. Los observé.

— Vamos a casa— dije.
— ¿Ocurrió algo?— me preguntó el profesor.
— Yo... no, todo está bien— dije.
— Pero Will sonaba muy preocupado— dijo Ben—, ¿Pelearon?
— No, estamos bien— dije.
— ¿Entonces por qué él dijo eso último? Parecía como si te hubiera hecho algo malo— me dijo el profesor.
— ¿Will? Jamás haría algo así— dije—. No es malo... él piensa que los unicornios deberían ser reales, jamás me lastimaría.
— De acuerdo— dijo el profesor pero no parecía muy convencido.

Comenzó a conducir. En el camino me dediqué a mirar por la ventanilla. Entonces traté de mentalizarme. Debía recordar qué diablos pasó cuando estaba intoxicado por el medicamento. Pero por más que lo intentaba no lo lograba. Comenzó a darme ansiedad. Y me picaba mi brazo. Así que se me ocurrió recorrer un poco las vendas para descubrir un poco mi piel y ver si eso quitaba la comezón... entonces tuve como una especie de regresión. Recordé a Will sosteniendo suavemente mi muñeca. Pero no recordaba que lo hubiera hecho. Deduje que debió pasar cuando estaba desorientado. Traté de recordar más pero casi no logré nada. Tenía recuerdos confusos de haber hablado con Alex y Neil, con el profesor y Ben... con Madie y básicamente con todos ahí... pero todo lo demás era confuso. Llegamos. Mamá me abrazó. Necesitaba eso pero no lo sabía.

— ¿Qué pasa calabacita?— me dijo ella—, ¿Estás bien? Pareces preocupado.
— No pasa nada— dije.
— ¿De verdad? Porque siempre te ves feliz después de ver a Will pero ahora no lo pareces mucho, ¿No pudiste verlo?
— Sí, aunque no tanto como quería— dije—, ¿Querías mostrame algo?
— Sí, la cafetería ya casi está terminada— dijo ella—. Tienen que verlo. Que suerte que estuvieran juntos.

Fuimos. Traté de despejar un poco mi mente. No tenía caso que me preocupara por algo que no podía recordar.
Recorrimos el lugar. La idea de mamá ya casi estaba hecha. Ella quería una cafetería bonita rodeada de colores pasteles y de apariencia antigua. Se veía todo muy elegante.
Definitivamente funcionaría. Ya me daban ganas de ir y eso que todavía no había nada.
Me pasé la tarde ahí mirando todos los detalles del lugar. Además la planeación del profesor Charles era perfecta. Pero la cafetería no era lo única buena noticia. Él tendría la presentación de su libro a principios de febrero y nos invitó. Eso me puso muy feliz. Me sentía muy contento por ellos así que el tiempo se pasó muy rápido mientras me hablaban de eso. Ambos se veían muy animados.

Después me sentí repentinamente cansado. Pensé en ir a descansar un poco en el sofá dentro de la casa del profesor. Ya casi era de noche. Me recosté. Estaba oscuro. Entonces de repente como si la simple acción de acostarme hubiera activado el recuerdo, lo que pasó esa noche llegó a mi mente.

Will y yo fuimos a acostarnos para dormir. Entonces él me dijo que dejaría la lámpara prendida por si yo despertaba en la noche. Y le dije que me daba mucha desconfianza esa lámpara porque nos espiaría mientras dormimos. Él me dijo que la lámpara no estaba viva y yo le dije que podría ser una lámpara embrujada. Eso lo hizo reír. A mi me dio pena recordarlo, estaba tan intoxicado que sólo me la pasé diciendo incoherencias.

Después me recosté en la cama. La lámpara iluminaba todo de un color cálido. Will se acostó a mi lado. Iba a abrazarme cuando le dije que no tenía sueño.

— Pero debes dormir— me dijo—. Ya es noche.
— Pero no quiero— dije—, ¿Por que hace tanto calor?

Entonces tocó mi frente probablemente para revisar si tenía fiebre. En ese momento yo tomé su mano. La deslicé por mi cara hasta que estuvo muy cerca de mis labios. Y la besé. Él la apartó de inmediato. Por alguna razón ese gesto me hizo sentir muy rechazado. Y como estaba muy sensible en ese momento, casi me pongo a llorar.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now