57. El diario de Alex Harper

49 14 18
                                    

Los días pasaban tan rápidamente que parecía que volaran. Como si duraran horas y los sentía así porque me encontraba tan enamorado que simplemente sentía que el tiempo no era suficiente para mi felicidad. Amaba a Neil más que a nada. Como vivíamos lejos no podía vernos siempre pero cada noche antes de dormir hablábamos por teléfono por horas. Nunca era suficiente. Siempre me quedaba con ganas de más. Es que sentía que no había nada que no pudiera decirle... definitivamente era la persona perfecta para mí. Y como él se sentía igual, le dije que me visitara. Ya no podía soportar la distancia.

— Podrías quedarte a dormir— le dije por teléfono—. O podríamos no dormir. Tú elijes.
— Es una oferta tentadora pero no puedo abandonar a Zac— dijo—. Siento que algo le preocupa pero cuando le pregunté me dijo que todo estaba bien.
— Quizá porque todo está bien— dije.
— No, tiene una cara muy extraña. Y sus ojeras están volviendo.
— ¿Qué?— dije sorprendido—, ¿Otra vez está con sus ojeras? ¡Pero si es bellísimo sin ellas!
— Lo sé y por eso debo quedarme por si me necesita.
— Pero cuando mejore, ven a visitarme— dije—. Te sorprenderé.
— Lo prometo.

Aunque Neil y yo nos amábamos, habíamos llegado al acuerdo de que lo nuestro nunca estaría por delante de Zac. Él sería nuestra prioridad porque ante todo Neil era un buen padre y yo me enorgullecía de eso.
Aunque en ese momento sólo deseaba poder verlo para comérmelo... si es que podía porque toda esa situación quizá aún era demasiado para mí.
Me encontraba pensando en eso cuando recordé que me había acostado con Neil sin usar condón. Y aunque él no había tenido sexo con nadie en años (no parecía, era buenísimo), yo sí y no estaba muy seguro de mi propia salud.
Me daba mucha pena recordarlo pero en mi época de promiscuidad tuve sexo con varias personas en la escuela. Eran estudiantes y seguramente debían estar sanos pero las enfermedades de transmisión sexual era reales y existía la posibilidad de que alguien me hubiera contagiado algo. Me sentí estúpido por no hacerme una prueba antes, pero la verdad era que no esperaba comerme con Neil tan pronto. Y cuando lo hice, las enfermedades fueron lo último que pasó por mi cabeza.

Así que para sacarme de dudas decidí que lo mejor era hacerme una prueba sanguínea. Ya me las había practicado antes así que no eran ningún problema. Llamé a papá.

— Alexander, sigues vivo— dijo—, ¿Cómo está William?
— También vive— dije—. Pero no quiero hablar de él, de hecho quiero saber si puedo hacerme una prueba de laboratorio ahí. Principalmente porque no planeo pagar por ella.
— ¿Qué prueba?
— Me urge saber que no tengo ninguna enfermedad de transmisión sexual. No preguntes, sólo dime a qué hora puedo ir.
— No planeaba preguntar, estoy muy ocupado ahora.
— Bien, sólo dile a tu secretaria o a un pasante que me envié un mensaje diciéndome cuayndo y a qué hora puedo ir.
— Sí pero no será gratis.
— Lo sé, te pagaré de algún modo. Menos con dinero porque no tengo.
— Bien, te arrepentirás pero acepto el trato.

Así fue como horas después me llegó un mensaje con la hora. Sería alrededor de las 5:00 pm, cosa que resultaba bien porque no tendría que faltar a clases o a mis lecciones, pero probablemente regresaría tarde a casa.
Pese a eso fui. Me presenté puntualmente. Imaginé que sólo vería a la laboratorista pero el que apareció fue papá.

— Llamen al infierno, se les escapó un demonio— dije.
— También me alegra verte. Con vida.
— Sí, afortunadamente sigo aquí para causar problemas. ¿Estás aquí para darme ánimos o qué?
— En realidad iba pasando.
— Sí, sería demasiado bueno que te hubieras interesado en mí.
— ¿Quieres que lo haga?— dijo—. Puedo fingir hacerlo.
— No, así estoy bien— dije.
— Déjame intentarlo... eh... como estás aquí para hacerte esta prueba me imagino que es porque estás a punto de quitarle los pantalones a alguien y quieres asegurarte de no contagiarte algo.
— En realidad ya le quité los pantalones— dije—. Sé que suena muy irresponsable que no me hubiera hecho antes la prueba pero es que no planeaba tener sexo. Simplemente pasó. Mi idea era tener citas y todas esas cosas de parejas cursis antes de comernos pero... no fue así.
— Entonces reza por no haberte contagiado de algo. O tú a él.
— Él está bien, es una persona decente.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now