93. El diario de Alex Harper (y la camisa de Zac)

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Tuve la oportunidad de ir a la ciudad capital y decidí ir a visitar a Zac antes de ir a ver a Neil porque probablemente terminaríamos teniendo sexo y ya no podría hacer otra cosa después. Quería aprovechar el viaje hasta ahí. Cuando llegué, él me abrió la puerta. Se veía feliz y brillante. Quizá demasiado. Me invitó a pasar y me ofreció algo de beber. Dije que sí. Después eso se volvió una invitación a comer.

— No quiero ser una molestia— dije.
— Para nada, además debes alimentarte bien— dijo Zac feliz.

Mientras comía y él me contaba que estaba emocionado porque Laura prometió visitarlo más (ella había ido de visita pero en ese momento salió con Jason de paseo por la ciudad), descubrí que efectivamente, Zac era la definición de "esposo perfecto". Lo era, la forma en la que hablaba, se preocupaba por los demás además de ser muy gentil, lo hacían la persona con la que cualquiera querría casarse. Entonces Zac me dijo que su futuro esposo estaba ahí porque ese era su día libre.

— ¿Y dónde está?— pregunté.
— En su habitación— aclaró Zac—. Dijo que se sentía cansado así que le sugerí que fuera a dormir un poco.

Eso fue lindo. Zac era demasiado lindo.

— ¿Y tú qué estás haciendo aquí solo?— pregunté.
— Leía un libro— dijo—. Quería lavar los platos y otras cosas pero haría ruido y no quiero despertar a Will.

Sentí un gran impulso por darle un abrazo. ¿Por qué era tan lindo? ¿Por qué era tan perfecto?

— Iré a ver si está dormido— dije.

Entré a la habitación. Mi hermano estaba ahí, mirando al vacío. Se veía muy frustrado y vaya que tenía razones: estaba comprometido con la persona más perfecta en todo el planeta pero no podía tocarla. Me acerqué y me acosté a su lado en la cama. Me observó.

— Hola— dijo sin ánimo.
— Te ves terrible— le dije—. Más sombrío que de costumbre. Tu prometido por otro lado resplandece como árbol de navidad.
— Lo sé, es maravilloso— dijo.
— No suenas feliz.
— Sí estoy feliz.
— Tienes cara de estar muy frustrado.
— Mi cara es normal— dijo.
— Will, sé lo que pasa. Zac es perfecto. Y no puedes tocar toda esa perfección. Obviamente estás frustrado. Lo entiendo. Tú eres como yo. Necesitas eso.
— No realmente. Hay mucho que me preocupa y no sólo pienso en él. Además aunque fuera cierto, tú llevas mucho tiempo solo y estás bien, ¿No?
— No exactamente...
— ¿Qué? ¿Estás saliendo con alguien?— dijo sorprendido.
— Algo así.
— ¿Y quién es? ¿Cuándo pasó?
— Te explicaré luego, lo que me importa eres tú— dije—. No puedes seguir así.
— No puedo evitarlo.
— No puede ser tan malo. Del “1” al “10”, ¿Qué tantas ganas le traes a Zac?
— 100— dijo.
— Debes estar bromeando.
— Ya cambié de opinión, la respuesta es 1000.
— Nadie puede desear así a una persona sin enloquecer— dije.
— Por eso estoy aquí, lejos de él, para evitar verlo.
— Pero no puedes huir cada vez que te sientas con ganas.
— Sí puedo y él no se ha dado cuenta hasta ahora— dijo.
— Pero lo hará. Entonces se sentirá triste porque no entenderá el por qué te alejas de él.
— Es que no quiero lastimarlo. Pero cada vez que nos besamos siento que lo asusto y no quiero que eso pase.
— Es que debes hacerlo sentir seguro. Bésalo tan tiernamente que no pueda evitar querer más.
— ¡No puedo, ya lo intenté y no tengo paciencia para eso, me emociono y me dejo llevar, cosa que lo asusta más!
— Exageras, no puedes tener tan poco autocontrol— dije.
— Es que no lo entiendes, él me gusta mucho. Pero de verdad mucho.
— Entonces sigue tratando. Tal vez sólo tiene miedo porque es virgen... lo es, ¿No?

Nos miramos. Preguntar eso había sido tonto.

— Definitivamente— dije—. ¿Eso no te excita un poco? Es decir, nadie más lo ha tocado, tú serías el primero...
— ¿Podrías dejar de hablar así de mi prometido?— dijo enojado.
— Perdón, sólo repasaba algunos hechos. Porque así son las cosas. Además eso es bueno, porque ahora ya sabes que si algo sale mal en la primera vez de Zac, él podría no querer intentarlo de nuevo jamás.
— ¿Qué?— dijo aterrado—, ¿Le voy a arruinar el sexo para siempre?
— Tal vez pero si todo sale bien, él jamás olvidaría lo que pasó. También es una opción. No veo por qué te vas por lo negativo. Debes ser más optimista. Además ya tienes experiencia. ¿Alguna vez alguien se ha quejado de ti?
— No pero aún así podría salir mal. No estoy listo para que Zac me odie— dijo preocupado.
— Él jamás te odiaría. Puso un anillo en tu mano y eso significa “en las buenas y en las malas”.
— No, eso significa que tenemos un compromiso, no que ya estamos casados.
— Es lo mismo, Zac es perfecto como esposo. Hasta me dan ganas de pedirle que me adopte.
— Lo sé, no puedo creer que viva conmigo... parece demasiado bueno. No merezco tanto.
— Sí lo mereces— dije—. Eres una buena persona. Además mírate, cualquier persona sería feliz con tenerte a su lado. Zac lo es. Por eso vive contigo. Por eso se quiere casar. Así que deja de ser tan llorón y ponte a trabajar.
— Hoy es mi día libre.
— Me refería a trabajar en tu problema, idiota— dije—. Sólo debes seguir tratando. Seduce a Zac y en algún momento caerá.
— Ya te dije que no sé cómo hacer eso y no deberías decirme idiota, soy tu hermano mayor.
— ¿Entonces por qué te estoy aconsejando? Tú eres el que debería hacer eso.
— Yo soy el que tiene problemas. Además no pedí tus consejos, tú apareciste de repente y asumiste que podías ayudarme.
— Tu esposo me dejó pasar. Me alimentó y me hizo sentir amado. Siento que debo responderle de la misma forma pero como no tengo nada más que yo mismo, creo que podría pagarle su amor haciendo que tú puedas darle amor.
— Eso sonó terrible— se quejó.
— Sí, no pensé bien mis palabras. El punto es que entendiste.
— Sí pero eso no soluciona mi problema.
— ¿Y qué quieres que diga?— dije—, no sé nada sobre gente virgen. Aunque de verdad suena muy excitante...
— Alex, deja de pensar en esas cosas y concéntrate.
— Acéptalo, el hecho de que él sea virgen sí te excita bastante.
— Tal vez pero no importa porque no puedo hacer nada al respecto.
— Sí, eso debe aumentar tus ganas.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now