120. El diario de Zac

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No sabía qué tan buena idea fue ir a nuestro viaje familiar un día después de San Valentín pero según la cara de los demás, no fue un buen plan. Sin embargo mamá y el profesor Charles se veían muy bien. Ben por otro lado, parecía tener ganas de arrojarse por la ventana del avión. En cuanto a mí, me dolía bastante la cabeza. También el orgullo pero eso era por otra cosa.

El día anterior se me ocurrió beber un poco (en realidad fue idea de Alex) y pensé que no pasaría nada pero cuando pude ser consciente de mi alrededor, estaba en la habitación de Will. Me desperté y todo a mi alrededor giraba.

— ¿Cómo llegué aquí?— dije.

Will entró a la habitación. Estaba usando su pijama. Al verme sentado sobre la cama se acercó rápidamente a mí.

— ¿Estás bien?— me dijo—, ¿Necesitas algo? Porque debe dolerte la cabeza o...
— ¿No estábamos en un bar hace cinco minutos?
— En realidad hace como dos horas desde que llegamos aquí— dijo.
— ¿Entonces ya no es San Valentín?
— Parece que no.
— Espero que te hayas pasado un buen San Valentín a mi lado.
— Fue muy bueno. Pude comprometerme contigo de nuevo. Además me regalaste muchas cosas.
— Fue increíble para mí— dije—. Aunque todo a mi alrededor se mueve...
— Mejor deberías dormir. Recuerda que el viaje familiar que planeamos hacer es mañana.
— Me cambiaré de ropa— dije.

Me sentía tan desorientado que simplemente decidí quitarme todo ahí. Parecía una idea práctica.

— ¿Qué... qué estás haciendo?— dijo él mientras yo arrojaba mi camisa al suelo.
— Me quito la ropa— dije—, ¿Dónde está mi pijama?
— Zac, deberías de...
— No importa— dije—. Puedo dormir desnudo.
— ¡A mí sí me importa!— dijo él y fue al closet.

La encontró y me la pasó. Intenté ponérmela pero era muy difícil.

— Creo que se hizo pequeña— dije—. Mi cabeza no entra.
— Porque ahí debería ir tu brazo— dijo él mientras se acercaba.

Me ayudó a ponérmela bien.

— Gracias— dije—. Aunque pude dormir desnudo.
— Tu versión sobria jamás diría algo así.
— ¿Cuál versión?
— Zac, ahora mismo estás muy ebrio.
— ¿Yo? ¡No puede ser! Me siento muy bien...
— Te juro que sí. Así que mejor duerme o seguirás haciendo cosas raras.
— ¿Hice cosas raras?— pregunté.
— En el camino hacia aquí armaste toda una inciativa de ley para proteger los recursos naturales del planeta.
— ¿Yo hice eso?
— Para estar ebrio hiciste un buen trabajo. Yo votaría por ella.
— No lo recuerdo.
— Qué bueno porque también dijiste que si esa ley se volvía realidad, después podrías hacer otra para desterrar a Evan de la galaxia. Luego yo te dije que tu jurisdicción no llegaría hasta niveles galácticos y dijiste que entonces conquistarías el universo.
— Yo podría hacerlo— dije.
— Sé que sí pero mejor deberías simplemente concentrarte en graduarte.
— ¿No te gustaría conquistar el universo conmigo?
— Sí pero sospecho que sería muy cansado— dijo—. Además consumiría mucho de nuestro tiempo. Y ya soy médico, trabajo tanto que apenas puedo verte.
— Si fueras amo del universo conmigo ya no tendrías que ser médico.
— Me gusta mi trabajo— dijo—. Y ser amo del universo parece una buena idea pero por ahora lo que es aún una mejor idea es que duermas.
— Pero iremos en avión, puedo dormir ahí— dije.
— O podrías dormir ahora que es noche— dijo—, ven, te ayudaré a acostarte.
— Puedo hacerlo yo mismo.

Me arrojé a la cama.

— Zac, estás al revés— dijo.
— ¿Lo estoy?— dije.
— Tu cabeza debería estar del otro lado.
— Tal vez estoy buscando una nueva perspectiva.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now