40. El diario de Alex Harper

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Neil estuvo muy nervioso en todo el camino de regreso a casa. Intenté distraerlo y funcionó por momentos pero seguía bastante estresado. Entendí que lo que necesitaba era ver a Zac.
Llegamos al hospital y justo a tiempo: Zac sería dado de alta en poco tiempo. Todos se encontraban ahí y eso me hizo muy feliz.

— Alex, hola— me dijo Katherine—, Neil, ¿Dónde diablos estabas? ¡Casi se muere nuestro bebé y tú no lo sabías!
— Nadie podría morir por sólo dos huesos rotos— le dijo el profesor Charles.
— ¡Lo siento, pobrecito Zac!— dijo Neil angustiado—, ¿Puedo verlo?
— ¡Sí y te disculparás con él por abandonarlo!— le dijo Katherine molesta.
— Pero tú tampoco estabas en la ciudad cuando te llamó— le dijo el profesor Charles.
— ¿De parte de quién estás?— le dijo ella.
— Espera, ¿Tú también te encontrabas lejos?— le dijo Neil.
— Fuimos a la ciudad vecina para ver algunas cosas que necesita la cafetería— dijo el profesor Charles.
— ¿Entonces por qué me estás reclamando si tú tampoco estabas aquí?— le dijo Neil molesto.

Ambos comenzaron a reclamarse cosas pero yo me alejé porque vi a Will en el pasillo. Me acerqué. Estaba con Ben y Jason. Miraban por una ventana a Zac que se encontraba con Madie y el profesor Louis adentro.

— Déjame adivinar, Madie te expulsó del lugar— le dije.
— ¡Alex!— dijo Will feliz y se acercó para abrazarme.

Estuvimos así unos segundos. Se separó de mí.

— ¿A qué hora llegaron ustedes?— dije.
— Lou está aquí desde el principio— dijo Ben—. Porque nadie podía venir por Zac y necesitaban un adulto para que lo acompañara en caso de que lo dieran de alta. Yo llegué poco después.
— Madie y yo no podíamos ser porque no debemos dejar nuestro puesto— dijo Will.
— Aunque en este momento no estás haciendo nada— le dijo Jason.
— Estoy muy preocupado como para hacer algo— dijo Will.
— ¿Tú tampoco estabas?— le pregunté a Jason.
— No, me encontraba en medio de una práctica con el equipo de basquetbol y no suelo tocar mi teléfono para no distraerme. Ahora veo que es una mala idea. Me siento terrible por no estar con Zac en el momento del accidente. Pero es un poco su culpa, él me insistió mucho para que me metiera al equipo de basquetbol de mi universidad.
— ¿Y te aceptaron? Qué increíble— dije—. Por otro lado, ¿Cuál es el diagnóstico de Zac, doctor?

Will me observó.

— Se le fracturaron los huesos de las falanges proximales tanto del dedo meñique como del anular de la mano izquierda— dijo mi hermano—. Según las radiografías, no es nada que requiera cirugía pero sí deberá usar una férula en ambos dedos por al menos tres semanas.
— No está tan mal— dije—, pudo ser peor. ¿Qué fue lo que le pasó?
— Se subió a una silla para poder limpiar una lámpara— dijo Ben—. Perdió el equilibrio y cayó. Intentó detenerse con su mano pero sólo consiguió lastimarse más.
— ¿Las lámparas se limpian?— dije.
— Al parecer sí, a mí también me sorprendió cuando lo contó— dijo Ben.
— Las de mi casa deben tener hasta arañas viviendo ahí— dije.
— La de nosotros también— dijo Jason—. De hecho lo que hizo que Zac se cayera fue una araña que sorpresivamente salió de ahí y lo asustó.
— ¿Entonces una arañita es la culpable de que tenga huesos rotos?— dije.
— Sí, pobrecito— dijo Will preocupado.

Neil se acercó a mí.

— ¿Ya terminaste de pelear con Katherine?— le pregunté.
— No estábamos peleando, sólo nos lamentábamos por ser unos padres terribles— dijo él—. No puedo creer que ninguno de nosotros estuviera cuando Zac nos necesitó.
— Vaya, todos deben sentirse muy mal por eso— dije—. No deberían. Los accidentes pasan y no es culpa de nadie. Además el profesor y Ben estuvieron aquí para Zac así que él no se encontraba realmente abandonado.
— Sí, es más, Lou sigue ahí— dijo Ben.

Rupturas de PasilloTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang