86. El diario de James

42 11 22
                                    

Al parecer Gerald tampoco le dijo a Paul lo que pasaría. Simplemente se lo llevó a ese lugar sin explicarle nada.
Su brazo se veía mejor. Decía que aún le dolía un poco pero que en general ya estaba bien. Aunque él no lo parecía tanto. No quiso decirnos qué hacía donde estaba o si lo trataban bien pero nos aseguró que se encontraba perfectamente. Yo sabía que no era cierto. Nos mentía para no preocuparnos.

— No he visto a Clint en mucho tiempo y eso me alivia como no tienen idea— dijo—. Es un peso menos de encima.
— En ese aspecto te envidio— dijo Bran—. Me gustaría no tener que verlo tampoco... sobre todo próximamente. No voy a poder mirarlo a la cara después de lo que te hizo.

Comprendía su sentir, a mí también me seguía doliendo lo que le hizo a su brazo.

— ¿Qué te pasó en la cara?— me preguntó Paul.

Mis heridas aún no sanaban. La de mi frente había cicatrizado bien pero aún no se curaba. La de mi labio sí pero aún se veía. También los moretones de alrededor.

— Estoy bien, ya casi se curó todo— dije.
— ¿Él lo hizo?— me preguntó.

No quería responder. Tampoco podía. Sentía un nudo en la garganta.

— Fue él— dijo Bran.

Paul lo miró. Bran no parecía feliz.

— No pude hacer nada— le dijo a Paul—. Nadie pudo. Sólo miramos cómo sangraba James.
— Está bien, no fue tu culpa— le dije—. No debías hacer nada, nadie debía o de otra forma él hubiera sido malo con ustedes y eso me habría puesto muy triste.

Me observó. Parecía angustiado.

— Aún así me siento mal— me dijo—. Ojalá hubiéramos podido defenderte.
— ¿Por qué te lastimó?— me preguntó Paul.
— No lo sé— dije—. Se inventó algo y... sólo lo hizo. Pero estoy bien, soy mucho más cuidadoso ahora y no creo que vuelva a herirme.

Paul no parecía convencido. Nadie lo estaba. Era imposible asegurar que Clint no haría algo porque era impredecible. Pero traté de verme feliz y confiado. Entonces golpearon a la puerta un par de veces. Bran abrió. Era Shun.

— Perdón por interrumpir pero ya no queda mucho tiempo— dijo—. Deben regresar a sus lugares o sospecharán.
— Entiendo, gracias— dije.

Nos despedimos. Bran no quería irse. Estábamos por salir cuando le dije que necesitaba un espacio con Paul a solas. Dijo que me esperaría afuera. Cerré la puerta.

— No le dijiste que ya me habías visto— me dijo Paul—. Él no sabía de mi brazo.
— No supe cómo decirle. Además no iba a poder llevarlo contigo así que... pensé que lo mejor era guardarlo en secreto. Perdón.
— No te estoy reclamando nada. No podría... sobre todo porque estás muy lastimado.
— Me encuentro bien. No te preocupes.
— ¿Por qué Gerald hizo que nos encontráramos? ¿Llegaste a algún trato con él?
— Es complicado de explicar pero...
— Él es peligroso, no deberías acercarte— me dijo angustiado—. Podría hacerte daño y...
— Estaré bien, confía en mí— dije mientras me acercaba a él—. Sé lo que hago.
— Quiero creerte pero... tus heridas me preocupan... no quiero que te vuelvan a lastimar.

Pasó sus dedos por la herida de mi frente. No sabía qué decirle. Nada parecía adecuado. Sólo serían contradicciones.

— Trataré de estar tan bien como pueda— dije—. No te angusties. Me cuidaré mucho. Quiero que tú hagas lo mismo. La próxima vez que nos encontremos los dos estaremos mejor y...
— No debe haber una próxima vez— dijo—. Te arriesgas mucho viniendo aquí.
— ¿Ya no quieres verme?
— Por supuesto que quiero— dijo—. Pero también deseo que estés perfectamente y eso no pasará si sigues arriesgándote así. Es peligroso. Si Clint te descubre se pondrá furioso y...
— No me descubrirá.
— Eso no lo sabes. Así que esta debe ser la última vez que nos veamos y...
— ¡No quiero que sea la última vez!— dije triste.
— Yo tampoco pero así deben ser las cosas... entiéndelo.
— No, mejor tú entiende que puedo encontrar una manera para volver a verte sin arriesgarme. Como ahora.
— James, no dejaré que hagas algo así.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now