30. El diario de Zac

58 14 20
                                    

Como mi problema para dar el siguiente paso seguía ahí y no podía ignorarlo, Ben creyó muy conveniente que sería bueno que yo entendiera perfectamente el proceso aunque le expliqué que sabía qué debía pasar. Así que me dijo que lo viera en su escuela debajo del árbol como siempre. Sin embargo llevaba más de veinte minutos esperándolo cuando me llamó. Me dijo que unos amigos suyos tenían un asunto y que lo necesitaban.

— Entonces te buscaré otro día— dije.
— En realidad quiero pedirte un favor— dijo.

Al parecer él de verdad estaba tan ocupado que no podía dejar el lugar y eso era malo porque todavía no le había dado su almuerzo al profesor.

— ¿Y por qué no se lo diste en la mañana?— dije.
— Porque quería que comiéramos juntos así que era un buen pretexto para ir a su oficina... además Lou ha estado tan ocupado que se le olvida comer...
— Eso no puede ser bueno— dije.
— Lo sé, por eso sería increíble si pudieras venir hasta aquí por él.
— De acuerdo— dije.

Me dio instrucciones para llegar. Fui lentamente mientras disfrutaba del lugar. Pensé que me hubiera gustado ser alumno de esa escuela... hasta que vi a un sujeto vestido como vagabundo y me alegré de que mi universidad nos obligara a usar uniforme. No era muy bonito porque yo sentía que los tonos rojizos no me sentaban bien pero al menos no me encontraba con tipos raros como ese.
Llegué a un edificio. Afuera estaba una chica rubia.

— Hola, tú debes ser Zac— dijo ella.
— ¿Me conoces?
— No pero Ben me dijo que viniera por ti— dijo ella—. Y eres el único chico que se ha aparecido por aquí usando ese uniforme así que deduje que debías ser tú.

Sí, mi uniforme sin duda era útil.

— Soy yo— dije.
— Me llamo Victoria— dijo ella—. Un placer conocerte al fin.
— ¿Al fin?
— El profesor me ha hablado mucho de ti— dijo ella—. Principalmente porque me pidió consejos sobre cómo ser un buen hermano mayor.
— ¿De verdad? No debería preocuparse, yo he sido un terrible hermano menor, no al propósito pero siempre le estoy causando problemas.

Entramos al edificio. Seguimos hablando de eso mientras subíamos las escaleras. Al parecer al profesor de verdad no le molestaba todas las cosas por las que lo hice pasar.
Llegamos a una habitación. Adentro habían demasiados cables, metales y aparatos. Ben tenía una especie de guantes robóticos en las manos. Habían otras personas arreglando algo que al parecer era un robot.
Nos acercamos.

— Toma, te devuelvo tu lugar— le dijo Ben a Victoria y le dio un guante. Ella lo tomó y trató de ponérselo.
— ¿Qué es todo esto?— dije.
— Nos preparamos para una batalla de robots— dijo Ben—. Pero no le digas a Lou porque él está en contra de que usemos los robots para pelear.
— ¿Organizan peleas de robots?— dije—, ¿Contra quién pelearan?
— Contra tu escuela— me dijo—. Así que debes prometer no decirle a nadie lo que has visto aquí.
— No podría aunque quisiera— dije.
— Aún así los demás piensan que eres un espía de tu universidad— me dijo Victoria.
— Entonces sospecho que no debería quedarme aquí mucho tiempo— dije.

Ben me dio una pequeña bolsa.

— Cuídala mucho— dijo—. Ojalá yo pudiera ir a dejarla pero es muy difícil manipular ambos guantes. Son los controles del robot. Es intereresante, ¿No?
— Lo es bastante— admití.
— Deberías ir a ver las batallas de robots— dijo Victoria.
— Tal vez lo haga aunque debo entregarle esto primero al profesor. ¿Ninguno de ellos quisieron ir a buscar al profesor?— pregunté.
— Le tienen miedo— dijo Victoria—. Ben y yo somos los únicos que podemos manipular esto así que no podemos irnos porque le están haciendo unos ajustes que debemos rectificar... y sinceramente el profesor ha tenido un humor tan malo por estos días que nadie quiere hacerlo enojar.
— Sí, es bueno que no pueda enojarse contigo— me dijo Ben.
— Yo sospecho que sí puede— dije—. Y ahora me asusta ir a buscarlo.
— Te adora, eres su hermanito, hasta se alegrará de verte— dijo Ben mientras movía un par de cables del guante.
— Entonces iré a buscarlo. Pero suerte con su pelea de robots— dije.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now