83. El diario de James

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Ir a la final de la olimpiada de matemáticas fue una mala idea. Pero de verdad terrible. No sólo tuve que ver a Alex, que de por sí ya era difícil porque me sentía muy mal por cómo lo traté, sino que también me encontré con Zac. Y sentí muchas ganas de llorar simplemente al verlo.
Me abrazó. Me sentí a salvo. Como si volviera en el tiempo y fuera el viejo yo. Me sentí amado. Protegido. Tranquilo. Contento. Todo lo contrario a lo que llevaba sintiendo por esos meses.
Él me trató como si de verdad se alegrara por verme. Como si se preocupara genuinamente por mí. Entonces por un momento dejé de ser un objeto decorativo y volví a ser un humano.

Me costó mucho mentirle y decirle que todo estaba bien. Porque así no eran las cosas. Yo tenía miedo. Siempre, todo el tiempo. Porque Clint podría matarme. Y aunque sentí unas ganas casi incontrolables de lanzarme a sus brazos y contarle todo mientras lloraba, no lo hice. Porque eso significaría meterlo a ese mundo. Y preferiría morir antes de que el amable y valiente Zac se viera involucrado en eso. Porque ya había pasado por demasiado como para que yo lo arrastrara a lo mío. Sus dedos aún tenían esas pequeñas cositas para dejar inmóviles los huesos rotos. De ninguna manera lo haría sufrir. Lo amaba. Pero demasiado. Eso me hizo feliz, volver a sentir amor por alguien. Porque quería a los demás mucho también pero mi relación con Zac siempre había sido especial. Daría mi vida con gusto por la de él. Y con ese sentimiento tan fuerte en mi interior, me quedé callado.

Entonces alguien me llamó. Era Stefan. Fue oportuno porque así puede evadir a Jason pero me pareció raro porque Stefan odiaba hablar por teléfono.

— ¿Stefan?— dije confundido.
— No me preguntes cómo lo descubrí pero hay alguien que te está siguiendo— dijo—. A ti y a Bran.
— ¿Qué?— dije sorprendido.
— Ahora mismo estás en el lugar donde se llevará a cabo la final de la olimpiada de matemáticas, ¿No?

Miré a mi alrededor. Era imposible.

— Clint envió alguien para vigilarte— me dijo—. No sé si es por que no confía en Bran o simplemente piensa que algo podría pasarte, pero esa persona le reporta todo lo que haces a él.
— ¿Sabes quién es? ¿O cómo es?
— No, acabo de descubrirlo— dijo—. Pero está muy al pendiente de ti. Clint está muy molesto porque le dijeron que acabas de abrazar a alguien. ¿Por qué hiciste algo así?

Era a Zac. Sólo lo abracé por unos minutos. Nada más. Pero esa persona lo vio. Sentí un vacío en mi interior. Eso no podía ser posible.

— ¿Desde cuándo me ha estado vigilando?— dije asustado.
— No lo sé pero deben ser pocos días. ¿Por qué? ¿Hiciste algo estúpido?
— ¿Organizar una fiesta con muchas chicas en el club cuenta como algo estúpido?
— ¿Qué?
— Seguramente aún no me vigilaba, de otra forma Clint ya hubiera enloquecido— dije.
— ¿Estás loco? ¡Deja de hacer cosas estúpidas!
— Amor, despreocúpate, me encargaré de esto— dije—. Nos vemos.

Le envié un besito antes de terminar la llamada. Eso era malo. Entre toda esa multitud había una persona cuyo único trabajo era vigilarme y a comparación con Stefan yo no podría tenerlo de mi lado. Debía irme. Si seguía ahí sólo pondría en peligro a los demás. Le dije a Bran que se acercara.

— Tenemos que irnos— le dije.
— ¿Por qué?
— Ocurrió algo. Te explicaré en el auto— le dije.

Se fue a donde lo dejamos estacionado. Yo me acerqué a Alex para avisarle que me iría por si le preguntaban los demás. Hablarle fue difícil. Sobre todo porque me sentía muy asustado pero no podía dejar que él lo supiera. Después fui al auto. Encendí un cigarrillo para calmar mis nervios. Le dije a Bran que debíamos irnos a la fábrica.
Ya en el camino le conté lo que pasaba.

— Debe ser una mentira— dijo—, ¿Por qué Clint quiere vigilarte? Yo estoy contigo, no puede pasarte nada.
— Sospecho que protegerme no es su objetivo— dije—. Pero está bien, puedo manejar eso.

Rupturas de PasilloOnde histórias criam vida. Descubra agora