123. El diario de James

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No terminé de destrozar a Alex como quería y eso me puso de mal humor. Estaba muy enojado con Stefan. ¿Quién se creía al interrumpirme? Estaba tan enojado que fui a la cafetería, me acerqué a Gigi y la abracé.

— Sí que me extrañaste— dijo ella y también me abrazó.

Stefan llegó y nos encontró así. Esperé que verme abrazarla le doliera. Porque estaba muy enojado con él. Me daban ganas de golpearlo.

— Majestad— dijo Bran—, ¿Qué quería aquel chico hermoso?
— Molestarme— dije—. Hay que salir de aquí.

Nos fuimos todos a la fuente. Stefan se veía igual que siempre. Yo estaba sumamente molesto. Pero de verdad, como si la ira consumiera mi interior.

— Después del receso hay que ir al auditorio— dijo Letty—. Hay una conferencia. En realidad el director sólo quiere presumir que ya instalaron todo este sistema hidráulico en caso de incendios.
— ¿En qué partes lo instalaron?— pregunté.
— En toda la escuela— dijo ella—. Aunque no sé cómo van a activarlo cuando haya un incendio. Porque todo ese sistema está en el almacén de mantenimiento.
— Quizá ahí están los controles de todo pero debe haber un botón para activarlo en caso de emergencia— dijo Bran.
— Pensé que sólo los controles de las luces estaban en ese almacén— dijo Gigi.

Los recordaba porque cuando tenía sexo ahí con Stefan solía mirar los interruptores de ese sitio por instinto porque brillaban.

— Creo que todo lo que está en esta escuela se controla desde ahí— dijo Bran.

Entonces tuve una idea increíble para apagar la ira que me invadía. Y como todas esas cosas que llegaban a mi cabeza, no se iban y seguían ahí rondándome. Así que decidí hacerlo. Tomé mi teléfono y le envié un mensaje a alguien.
Fuimos a nuestro salón de clases. Después nos indicaron que era día de conferencia y todos debíamos ir al auditorio. Salí de mi grupo y me desvíe por un pasillo. Stefan no se dio cuenta. Me dirigí al almacén. Abrí y cerré la puerta. Letty dijo que esa conferencia sólo era para los de último año. Los demás estarían en sus grupos. Llegó la persona que esperaba. Llamó a la puerta. Le abrí y lo dejé pasar.

— Hola majestad— dijo Max—. Leí su mensaje... ¿Ya se acabó lo que le di en la mañana?
— Ya pero no estás aquí por eso. Hay algo que quiero que hagas por mí— dije—. Te pagaré y será muy fácil.

Había conocido a Max porque vendía drogas. Gigi me habló de él como un rumor que decían pero resultó ser cierto. Y como lo que Bran me daba no era suficiente (porque su proveedor tenía problemas para conseguir su producto) decidí comprarle a él. Lo que tenía no era de buena calidad pero me mareaba un poco y eso ya era mejor a nada.

— De acuerdo— dijo.

Le expliqué lo que tendría que hacer. Le pagué y me fui. Llegué al auditorio. Stefan ya tenía un lugar para mí. Me senté a su lado. En el escenario estaba el director, algunos maestros y el consejo estudiantil desde luego. Me sentí mal por Laura. Pero no me detendría. Después de un discurso donde el director hablaba de las mejoras de la escuela, comenzó a caer agua y a sonar la alarma de incendios. No sólo eso. Se apagaron las luces. Escuchamos gritos. Todos se apresuraron a salir. Pero no había salvación. Le ordené a Max activar todo el sistema anti incendios, que incluía los pasillos y salones de clases. Miré el desastre a mi alrededor. Todos corrían de un lugar para otro. Era sublime la orquesta de gritos y desesperación. Me sentía muy mareado y feliz.

Bran igual parecía contento en medio del agua. Letty se veía molesta probablemente por su ropa mojada. Rocky simplemente no entendía nada. Yo sonreí y extendí mis brazos. Estaba disfrutando el agua mientras caía en mi cuerpo cuando Stefan tomó mi brazo.

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora