147. El diario de Alex Harper (y una pregunta)

33 10 22
                                    

Entonces cuando estábamos por entrar al departamento, escuchamos la puerta. Era Zac. Caminó hasta nosotros enojado.

— ¿Es en serio?— dijo muy molesto.
— Lo siento pero nos amamos mucho y no vamos a separarnos— dije con temor pero con firmeza.
— ¡Pero es una locura!— dijo Zac.

Will también salió. Se acercó a Zac. Algunos de los invitados a la fiesta se asomaron por la puerta atraídos por el escándalo.

— Lo sabemos— le dijo Neil—. Pero no estamos lastimando a nadie así que no detendremos algo que nos hace muy felices.
— ¡Debe ser una broma!— le dijo Zac enojado—, ¡Míralo, podría ser tu hijo!
— Pero no lo es— dijo Neil—. Ya te expliqué por qué lo nuestro esta psicológicamente bien y...
— ¡No lo está, sabes que no!— le dijo Zac—, ¿Qué pasa contigo? ¡Él es el hermanito de Will, no tiene idea de absolutamente nada!
— Soy... mayor que tú— le dije, realmente él me asustaba un poco así que hablarle era difícil.
— ¡Eres pequeño y no sabes lo que haces!— me dijo Zac.
— Espera, tranquilízate un momento— le dijo Will—. Podemos hablarlo y...
— No hay nada de qué hablar— dijo Zac enojado—. Eso está mal y yo no voy a permitirlo.

Entonces por primera vez en su vida probablemente, Neil se enojó con su hijo. Porque usualmente lo miraba con amor y devoción, pero en ese instante se veía muy molesto.

— ¿Cómo puedes decir que está mal si no nos has dado la oportunidad siquiera de que te expliquemos totalmente lo que pasó entre nosotros?— dijo Neil—, ¿Con qué derecho piensas que puedes juzgar mi vida y mis decisiones? Eres mi hijo y tu opinión importa porque te amo pero no voy a dejar algo sólo porque tú en tu ignorancia piensas que está mal.

Lo miré absolutamente sorprendido. Zac y Will se veía igual.

— No puedes decirme qué hacer porque soy un adulto y soy responsable de cada una de mis acciones— le dijo Neil.
— ¡Está mal, date cuenta que así es!— le insistió Zac.

Oh no, esto se estaba saliendo de control. Neil no debería hablarle así a Zac. Pero yo estaba tan abrumado que no pude decir nada.

— Quieres prohibirme estar con una persona que amo— le dijo Neil—. Siendo que no conoces nada de nuestra relación. Exactamente como lo hizo tu padre contigo.

Zac lo miró muy sorprendido. Y un tanto herido. Yo no podía creer que Neil le dijo eso.

— No... no es lo mismo— dijo Zac dudoso.
— Lo es— le dijo Neil—. Y si aprendí algo de ti fue que cuando alguien te quiere, no te hace elegir entre dos personas que amas y que te hacen feliz. Te apoya. Como todos tus amigos que te apoyaron. Así que perdóname si esto te lastima o te incómoda pero no voy a dejar a Alex. Tendrás que aceptarlo. Todos aquí. De lo contrario... no los necesitamos en nuestras vidas.

Después tomó mi mano y se fue a su departamento conmigo. Entramos y cerró la puerta bien, con llave. Yo me había quedado sin palabras. Él me observó. Se veía muy abrumado. Me acerqué y lo abracé.

— Está bien— le dije.
— No lo está, fui malo con Zac. No puedo creer que lo hice.
— No fuiste malo. De hecho no le gritaste siquiera. Eres increíblemente bueno manejando tus emociones. Y eso que parecías enojado.
— Estaba muy enojado— dijo él.
— Pues eres el mejor manejando tu ira.
— ¿No piensas que exageré?
— No, creo que todo lo que dijiste fue apropiado y... mucho más de lo que merezco.

Nos separamos. Me miró.

— ¿A qué te refieres?— dijo.
— Te abandoné— dije sintiéndome terrible—. Te dejé y me fui.
— Entiendo por qué lo hiciste. Hablé con Will ayer.
— ¿Lo hiciste? ¿Sobre qué?
— Él me buscó. Quise contarle lo qué había pasado entre nosotros pero Will simplemente quería saber si yo te amaba. Le dije que sí. Y me creyó. Simplemente... dijo que me creía. Eso fue demasiado. Realmente no lo esperaba.
— Él sólo quiere que sea feliz— dije—. Me apoyaría ciegamente en lo que fuera. Y me agrada que así sea pero... creí que su fé en mí podría poner en riesgo su relación con Zac y... ese pensamiento me nubló por completo. No pude pensar en nada más. Me dio miedo poder perderlo... perdón por lastimarte pero yo... no quería ser egoísta. Quería considerar a todos. Pero en eso no te consideré a ti. Lo lamento.

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora