133. El diario de James

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Falté a clases. Le avisé a Laura. Le dije que no me sentía bien. Se suponía que Stefan debía decirle eso a Clint. O no, realmente no me importaba si hacía lo que le dije. Debía dejar de necesitarlo tanto. Después de todo, no estaría en mi vida por siempre. Tenía que acostumbrarme a no tenerlo.

Scott pasó por mí en su auto. Confiaba en que Darren no diría nada.
Mamá y papá debían ir con la abuela así que a los dos les parecía bien que tuviera alguien con quién quedarme. Porque mamá no confiaba en los demás excepto en Stefan. Ellos se conocieron en algún momento en una de esas tantas veces donde él iba a dejarme a casa o se quedaba a dormir. Yo le decía que debía quedarse para estudiar conmigo. Si ella supiera lo que realmente hacíamos cuando estábamos juntos, ya no le tendría tanta confianza. Preguntaba por él. Decía "¿Cuándo volverá Stefan a quedarse a dormir?”. Yo también me preguntaba eso. Como no quería pensar en ese asunto, me concentré en Scott.
Era un hombre amable. Tenía un departamento en un gran edificio. Subimos por el ascensor. Llegamos. Entramos y noté que parecía un poco vacío. Decía que era porque realmente sólo llegaba a ese lugar a dormir. Se la pasaba trabajando mucho.

— ¿Por qué?— dije—, ¿Encontraste algo interesante?
— A decir verdad sí. Hay alguien que está pasándonos información.
— ¿Y quién es? ¿Qué te ha dicho?
— No mucho— dijo—. Sólo algunos de los múltiples negocios en los que sospecha que está involucrado el jefe de todo eso, cuyo poder parece ser más del que suponía.
— ¿Qué tan poderoso es?
— Mucho. Tanto que muy pocos saben quién es. La gran mayoría de su gente no lo conoce. No saben cómo podría ser físicamente. Sólo los que son sus socios lo conocen. Estoy esperando que el contacto nos pase el nombre de alguno de esos socios.

Yo no podía dejar que eso pasara. Sobre todo porque de verdad estaba considerando tomar el lugar de Clint. Si la policía se lo llevaba le quitaría todo. Eso debía ser mío.

— ¿Y quién es ese contacto?— dije.
— Ven, te mostraré— dijo y me guió a una habitación.

Tenía una pared con fotos, reportajes y muchos hilos conectados. Era una verdadera investigación policial. Hasta la parte de arriba tenía la palabra “Jefe” en grande junto a un signo de interrogación.

— Es como una gran pirámide— dijo—. Y tenías razón con eso de que la razón por la que nadie habla es por miedo. Al parecer este tipo de verdad no teme deshacerse de alguien. Lo hace sin pensar. Me imagino que es porque manda a alguien más a hacerlo. Espero que esto no te asuste.

Me enseñó una foto. Era una especie de fosa con cadáveres.

— ¿Quiénes son?— dije.
— No tenemos idea. Están irreconocibles. Pero así se maneja él. Si alguien hace algo mal, muere.
— Pero tu contacto no parece tener miedo.
— Lo tiene. Por eso duda mucho en hablar. Tiene familia. Sabe que el jefe los mataría a todos. Pero lo protegeremos. Esta vez no cometeremos el mismo error. Lo pondremos a salvo.
— A cambio de que hable.
— No sabe mucho. Aunque gracias a los rumores que dicen entre sus otros “compañeros de trabajo” tiene una ligera idea de algunas cosas. Si observas esto, en la parte de abajo estaría él. Su trabajo es cobrar.
— ¿Cobrar qué?
— Dinero. Y encargarse de quien no lo tenga. Él realmente no sabe por qué las personas deben ese dinero, simplemente le dicen a dónde y con quién debe ir a traerlo. Si no lo tienen, debe golpearlos o hacer algo para que entiendan que deben conseguirlo. Una vez que lo tiene, simplemente se lo pasa a la persona a cargo de él. A su vez esta persona tiene un superior y así, es una pirámide. No sabemos cuántos filtros pasa pero en algún momento el dinero llega al jefe.

Miré toda esa estructura que él armó. Me llamó la atención una parte.

— ¿Qué son esos espacios vacíos que rodean al jefe?— dije.
— Sus hombres más cercanos. Según mi contacto, dice que por ahí hay rumores de que el jefe siempre está rodeado de algunas personas que son de su confianza. Totalmente leales a él. Los segundos al mando. No se sabe quiénes o cómo podrían ser. Sólo los conocen los que también tienen un grado importante en esta jerarquía.

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora