61. El diario de James (y el gato)

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Una tarde volví junto a los demás a aquella fábrica donde siempre íbamos. Clint tenía una reunión. No me sentía muy bien. Había alejado a Alex totalmente de mí. Con lo cruel que fui, probablemente lo había perdido para siempre. Pero así era mejor. No me necesitaba cerca. Sólo lo pondría en peligro. Clint siempre se había sentido inseguro sobre el por qué Alex era importante para mí. Me alejé de él y lo olvidó pero si Alex se acercaba a mí estaba seguro de que Clint se deshacería de él. Y yo preferiría morir antes de que algo le pasara al lindo y amable Alex. Esperaba que con lo que dije no volviera a buscarme. Lo empujé, seguramente no lo haría. Aunque eso debió dolerle más a él, también me lastimó a mí. Después de hacerlo caer al suelo fui al baño a llorar. No quería alejarlo. Quería que se quedara... pero no podía arriesgarlo. Debía alejarlo. Debía perderlo. Era increíble cómo Clint seguía haciéndome perder cosas y personas aún sin hacer nada. Me estaba quitando todo. Pero estaba bien. Estaba cada vez más convencido de que cualquier persona que se acercara a mí se marchitaría. Como una flor. Al menos eso sí había pasado conmigo. Seguía pasando. Yo era una rosa que se moría lentamente. Algún día quedaría totalmente en el suelo. Pero trataría de que fuera en mucho tiempo. Mi espíritu no era tan frágil como todos creían. Pelearía. Y no perdería.

Aún cuando me pasaba la mayor parte de mis días intoxicado, había logrado hacer muchas cosas. Primero, le envié un pequeño regalo a la viuda de Milton. Además de querer ayudarla a ella y a la pequeña Lucy, mi intención era hacer un pequeño experimento. Simplemente metí mucho dinero en un maletín pequeño y se lo di junto a una nota. Le pedí que lo usara para desaparecer. Debía irse a donde no pudieran encontrarla. Gabe fue el que se encargó de la tarea. Le conté mis planes porque confiaba en él aunque temía involucrarlo. No quería que algo le pasara. Y él no quería que nada me pasara a mí, le pareció que me arriesgué mucho haciendo eso aunque también le agradó mi amabilidad. No era eso, yo simplemente quería saber qué tan posible era escapar de esa pesadilla. Porque quizá nadie lo intentaba por faltaba de dinero pero yo tenía mucho. Clint me había dicho que podría tener todo lo que quisiera. Así que aún si descubría que yo tomaba mucho, no se molestaría.
Pensaba que si lograba hacer que alguien escapara con éxito, podría cumplir mi meta más próxima: ayudar a Paul a desaparecer. Pero para eso necesitaba a Gerald.

La razón por la que decidí ir a la fábrica ese día (porque Clint ya no me obligaba a ir a ningún lugar, me preguntaba si quería y yo era libre de decirle que no), fue porque Jack mencionó lo de la reunión y probablemente Gerald se encontraría ahí. Aunque solía enviarle mensajes de vez en cuando (nada importante realmente), no me atreví a preguntarle por temor a que sospechara de mí. Era mejor que pensara que casualmente nos encontramos ahí.

Y eso pasó. Cuando todos se fueron a cumplir las órdenes de Clint, Gerald llegó en un auto al lado de sus hombres. Shun estaba con ellos. Me miró fijamente antes de irse porque Gerald lo envió a alguna parte. Él se acercó a mí. Stefan estaba en el auto y al vernos fue a mi lado rápidamente.
Le dije que todo estaba bien. Él se alejó un poco. Gerald me observó. Siempre tenía una sonrisa arrogante en su cara pero en ese instante estando sólo los dos ahí sin nadie alrededor, me miró como si estuviera triste. Estiró su brazo y apartó unos cabellos de mi rostro, descubriendo mi herida en mi frente que aún no se curaba.

— ¿Quién te hizo esto?— me preguntó.

Sólo lo miré con mucho dolor. No estaba fingiendo, me hería recordar todo eso.

— Pobrecito— me dijo—. No mereces sufrir nunca.
— Estoy bien— dije.
— Sí, pudo ser peor— dijo—. Clint no es alguien muy paciente. No sé qué hiciste pero... no lo hagas de nuevo, ¿Está bien? No dejes que te vuelva a lastimar.
— ¿Cómo sabes que fue él?— dije sorprendido.
— Porque Stefan no deja que nadie se acerque a ti. Puede protegerte de todo el mundo... menos de él. Así que es obvio que fue Clint. Pero no te preocupes, sólo sé un buen niño y no te hará nada... aunque sospecho que el problema no eres tú. ¿Te duele mucho?

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora