194. El diario de Zac (y la discusión)

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Me sentía mejor por esos días. Hasta que compliqué todo porque no necesitaba del destino para que arruinara mi vida, yo podía hacerlo solito.
Una tarde después de regresar del trabajo, decidí visitar a Neil para preguntar si ya había comido. Llamé a la puerta golpeándola un par de veces pero él no salió. Descubrí que estaba abierta. Entré.

— ¿Neil?— dije.

Pero nadie contestó. Decidí esperarlo y no busqué en su habitación, pensé que en algún momento aparecería. Había dejado su computadora, libros, hojas y un cuaderno en el sofá. Me senté cerca y no pude evitar leer un poco de lo que estaba ahí. Como el nombre de Jimi aparecía varias veces, tomé las hojas y leí. Era como una descripción del comportamiento de Jimi, por la fecha en cada página descubrí que fue de cuando vivió ahí. No me sorprendía porque el objetivo de que Jimi estuviera tanto tiempo ahí era que Neil pudiera monitorearlo y pasarle después un informe detallado a la policía. No entendí algunas cosas (Neil usaba términos bastante complicados) así que pasé más hojas hasta detenerme en algo que tenía una fecha muy reciente. Me confundió un poco porque se suponía que ya no debía seguir vigilando a Jimi. Leí varias veces para entenderlo (y para creerlo) porque parecía imposible. Neil describía a Jimi como si fuera una especie de villano. Estaba en eso cuando él llegó. Lo observé. Me sonrió. Traía en sus brazos una bolsa de papel. La puso sobre una mesa.

— Hola cariño— me dijo—, ¿Ya terminó tu turno? Fui a comprar algunas cosas. Creo que podría ayudarte a preparar la cena...
— ¿Qué es esto?— lo interrumpí.

Se acercó. Le mostré su cuaderno.

— Notas que he tomado— dijo, me lo quitó de las manos—, ¿Vamos a preparar la cena?

Lo miré sintiéndome enojado.

— Estás transcribiendo notas que escribiste sobre Jimi— dije—, ¿Por qué?
— Debo darle informes a la policía— dijo—. No deberías leer eso, mejor vamos a cocinar...
— Ahí dice que Jimi es como una mala persona que planea cosas— dije.
— No es una mala persona— dijo—. Jamás me dirigí a él así. Simplemente comparé ciertas actitudes con las que tienen algunos líderes criminales que he estudiado.
— Piensas que Jimi es como ellos.
— No lo pienso— dijo él.
— ¡Ahí dice que sí y sabes que Jimi es una buena persona! ¡Jamás haría algo peligroso o malo!
— No sé qué leíste pero simplemente mencioné lo extraño que es que Jimi implementara un plan bastante elaborado y profesional solamente para ganar un torneo deportivo. Alex me contó a detalle lo que pasó y ningún adolescente normal manejaría una situación así con esa precisión. Es inusual. No me sorprende en él porque aprendió muchas cosas en estos meses cuando estaba junto a esas personas pero creo que su visión sobre lo que está bien o mal todavía esta distorsionada y vigilarlo de cerca haría que...
— ¡Jimi no es como ellos!— dije muy molesto—, ¡Jimi es la persona más amable que existe en el mundo!
— Zac, tranquilízate— me dijo.
— ¡No hables así de él, no lo conoces!
— Sé que lo quieres mucho pero debes entender que tuvo que hacer muchas cosas para sobrevivir en estos meses. Eso pudo cambiarlo y no lo estoy culpando, simplemente quiero recalcar que algunas actitudes pudieron arraigarse mucho en él y son de sumo interés para la policía porque...
— ¡Ellos querían meterlo a prisión!— dije aún más enojado.
— Estaban asustados. Jamás habían conocido a un jovencito como Jimi. Él logró detener algo en lo que la policía trabajó por años. Dijo que tuvo ayuda pero todo el proceso lo pensó él solo. Las órdenes las dio él. Eso asusta a la policía porque significa que la capacidad de Jimi es increíble y eso no es ningún problema. Su inestabilidad sí.
— ¡Jimi no es inestable!
— Usó un plan digno de un lider criminal simplemente para ganar un torneo. Debes aceptar que es demasiado, Jimi necesita trabajar en reconocer en qué situaciones está bien que...
— ¿Vas a contarle eso a la policía?— lo interrumpí.
— Debo, Scott necesita saberlo y...
— ¡Meterán a prisión a Jimi! ¡No debes decirles!
— Debo porque Jimi me preocupa— dijo.
— ¡Si te preocupara no lo dirías!
— Lo diré porque si algo no está bien con Jimi ellos deben saberlo para poder ayudarlo.
— ¡No lo ayudarán, ellos lo odian y tú también!— dije enfadado.
— Zac, sabes que eso no es cierto.
— ¡No quieres ayudarlo, quieres que vaya a prisión!— grité muy herido—, ¡Él no es malo!
— Zac, relájate un poco...
— ¡No entiendes a Jimi!
— Tú eres el que no comprende qué es lo que está pasando— me dijo.
— ¡Sé cómo es él y no dejaré que vaya a prisión por tu culpa!

Rupturas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora