74. El diario de Zac (y los matrimonios)

39 13 26
                                    

Me encontré nuevamente con las mismas personas que el otro día miraban a Will a través de la ventana. Me acerqué. Él estaba ayudando a una doctora con los bebés. Me vio, le dijo algo a la doctora y se acercó a la puerta. Las demás personas se dispersaron lentamente. Él salió.

— ¿Cómo te fue?— me preguntó.
— Hoy, excelente en todo sentido. Excepto por el auto del profesor Charles. No funcionó.
— ¿Entonces cómo llegaron?
— Lou nos trajo.
— ¿Él está aquí?
— Con su madre— dije—. Lo que me recuerda que debo buscar a la mía.
— Podrían llevarse mi auto— dijo—. Yo regresaré al rato con Madie.
— ¿Por qué los dos no van juntos en el mismo auto siempre?
— Ella... necesita estar un tiempo sola a veces... para descansar de mí.
— ¿Por qué querría hacer eso? Ustedes son amigos, ¿No?
— Sí pero... pasar tanto tiempo al lado de alguien puede ser abrumador a veces. Pero me imagino que va a querer llevarme si le digo que mi auto te llevará. Además Lou podría ir a casa directamente.
— Eso sería bueno. Yo no sé conducir así que deberíamos decirle al profesor Charles.

Decidimos buscarlo. Me encontré con mamá. Nos dijo que el profesor fue a comprarme algo para beber en una máquina expendedora. Will dijo que tal vez aún se encontraba ahí. Fuimos. Lo vi frente a una de las máquinas. Iba a decirle algo cuando apareció la doctora Hermes. Eso no podía ser bueno. Quería interferir pero Will me susurró que nos escondiéramos detrás de una planta que estaba ahí y que si las cosas se ponían complicadas, podíamos intervenir.

— ¿Qué haces aquí?— le preguntó la doctora Hermes.
— Yo... acompaño a Katherine y a Zac— dijo el profesor, sonaba extraño—. Porque él tenía programada una revisión de rutina.
— Ya veo— dijo la doctora, parecía un poco incómoda—. Qué bien. Vi a Zac hace poco... se ve mucho mejor.
— Se está recuperando muy bien— dijo el profesor.

Yo no lo entendía. Ellos alguna vez estuvieron casados pero... no lo parecía. Eran como dos desconocidos. Me pareció muy triste. En algún momento se amaron. Y todo en lo que se volvió ese amor era en una conversación superficial sin sentido. Yo no podía entenderlo. Simplemente no podía.

Entonces apareció Lou. Se acercó. Will le hizo señales con la mano para que guardara silencio. Él nos cuestionó con la mirada. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Will lo escondió detrás de la planta gigante donde nos encontrábamos. Antes de que pudiéramos explicarle algo, su mamá habló.

— Yo... sinceramente creo que te ves muy bien al lado de Katherine— dijo ella.

El profesor Charles la miró sorprendido por unos segundos. Después sonrió.

— Soy muy feliz con ella— dijo él.
— Se ve— dijo la doctora—. Pareces otra persona. Una mejor versión de ti mismo... porque siempre fuiste alguien muy virtuoso... me alegra que por fin puedas demostrar que eres valioso.
— Lamento no haber podido serlo contigo. O con Louis— dijo el profesor—. Sé que sin importar cuántas veces me disculpe, nunca será suficiente.
— Los dos ya te hemos perdonado— dijo ella—. Lo que me preocupaba era que no pudieras perdonarte a ti mismo. Pero veo que es posible. Creo que es porque necesitabas alguien que pudiera ayudarte a querer ser mejor. Y yo no era esa persona. Tampoco lo intenté tanto para ser honesta...
— Yo nunca te dejé— dijo él—. No es tu culpa. Sé que lo arruiné todo pero... me alegro de no haberlos perdido totalmente. Es egoísta pero... aún después de cómo los traté, sigo queriendo saber qué pasa en sus vidas. Tal vez ustedes no quieren verme pero...
— Charles, si Lou y yo no quisiéramos saber de ti nos habríamos ido lejos— dijo ella.
— Pero es que... no merezco que me perdonen tan fácilmente.
— No fue fácil— dijo ella—. Al menos no para mí. Llegó un punto en mi vida donde deseaba salir huyendo para no volver a verte... aunque apuesto que debió ser más complicado para ti aceptar que te habías equivocado mucho.
— La verdad sí lo fue. Me destruyó por completo. Pero es lo mejor que me pudo pasar en la vida. Ahora... tengo demasiadas cosas... no estoy solo para nada... ojalá me hubiera dado cuenta antes.
— Creo que las cosas pasaron como debían— dijo ella—. Los dos somos felices ahora...
— Pero no estamos juntos— dijo él.

Rupturas de PasilloTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang