122. El diario de Alex Harper

34 10 33
                                    

Que mi hermano estuviera de viaje por todo un fin de semana con Zac y su familia no fue precisamente lo mejor que pudo pasarme. Porque me emocioné, Neil también y me quedé días en su departamento simplemente amándolo. Fue difícil encontrar un pretexto para darle a Laura (porque ella odiaba que yo faltara a clases) pero le dije que me la pasaría bailando ballet. Y a mi profesora de ballet le dije que me la pasaría estudiando. Ella estaba de muy buen humor porque fui a verla en la función especial de San Valentín así que me dijo que siempre y cuando practicara en mi casa, todo estaría bien. Así que traté de hacerlo en el departamento de Neil pero en lugar de eso termine teniendo sexo en el sofá. No era mi culpa, él apareció de la nada y las cosas se dieron solas. Fue increíble. De hecho en esos días tuvimos más sexo que en el propio San Valentín, donde estuvimos tan cansados que simplemente llegamos, nos bañamos y fuimos a dormir. Fue como un sueño hermoso. No teníamos que escondernos de nadie porque Madie nunca estaba y Jason sabía de nuestra relación. Sin embargo ese tiempo llegó a su fin porque Zac y Will volvieron. Me alegraba verlos pero eso significaba tener que volver a pretender que no éramos nada. Me estaba cansando de eso. Es más, tuve que irme nada más llegaron para que no sospecharan que estuve todo ese tiempo ahí. Odiaba tener que esconderme.

Así que esa misma tarde mientras Neil me contaba todas las cosas que le dijo Zac sobre su viaje por teléfono, decidí decirle cómo me sentía.

— Honestamente yo también me siento así— dijo—. No sé si aún es muy pronto pero... deberíamos ir pensando en cómo le diremos a Zac y a Will lo que pasa entre nosotros.
— Yo también lo pienso— dije—. Y aunque una parte de mí quiere decirlo para no tener que escondernos, otra tiene miedo de lo que pasará después. Las cosas no volverán a ser lo mismo.
— Lo sé. Es bastante estresante.
— Tú eres psiquiatra, debes saber cómo manejar este tipo de situaciones.
— Creo que deberíamos de ser directos— dijo—. Y simplemente decirlo.
— También deberíamos tener un plan por si algo sale mal— dije.
— Lo peor que podría pasar es que ellos se molesten— dijo.
— ¿Y crees estar listo para lidiar con el odio de tu hijo?

Se quedó en silencio unos segundos.

— Está bien, puedes decirlo— le dije—. Admite que todavía no estás listo. Lo entiendo. Me siento igual.
— Es que acabo de llegar a su vida— dijo—. No quiero que pase algo que nos separe. Es una posibilidad.
— Todavía no estamos listos— dije—. Yo también temo que Will lo tome mal. ¿Entonces qué hacemos?
— ¿Por qué no lo dejamos para el siguiente mes? Veamos qué pasa en marzo. Este mes ha sido difícil. Y Will y Zac por fin tienen un poco de estabilidad, no hay que perturbarla. Además podríamos aprovechar este tiempo para disfrutar plenamente de nuestra relación.
— ¿No te bastó con todo lo que ya disfrutamos cuando ellos no estaban?
— ¿Para ti fue suficiente?
— No— dije.
— Para mí tampoco.
— Somos unos pervertidos— dije entre risas.
— Somos dos personas muy compatibles que disfrutan mucho amándose. No es ningún problema— dijo.
— Lo es si estás lejos. Deberías venir unos días— dije.
— Zac y los demás preguntarían por mí— dijo.
— Diles que te recontraste con otro ex amigo de la universidad— dije—. Entonces te invitó a visitarlo. Y como está lejos te tomará unos días. Nadie lo verá sospechoso. Así podrás estar aquí y quedarte conmigo.
— ¿Y si alguien te visita?
— Nadie lo hace— dije—. Es el plan perfecto.

Se quedó en silencio unos segundos.

— Lo pensaré— dijo.
— Te ayudaré a pensar.
— ¿Cómo harías eso?
— Conseguiré una falda de ballet. Y no la usaré para bailar.

Se quedó en silencio unos segundos.

— Eso no es justo— dijo.
— Ahora piénsalo. Y llámame cuando te decidas.

Rupturas de PasilloHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin