17. El diario de James (y la revelación)

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Ya en la escuela intenté parecer distraído y distante pero nervioso. Sin embargo Stefan atrajo mi atención varias veces y sí le hice caso pero me porté un tanto cortante. Debía hacerle creer que me sentía muy avergonzado por eso.

Llegó el receso. Me apresuré para irme a la fuente. Llevé el abrigo de Jack entre mis brazos. Me lo encontré ahí, fue el primero en llegar. Se lo entregué. Stefan se mantuvo un tanto lejos de mí así que pude acercarme a Jack y preguntarle si estaba bien.

— Todo ha salido bien— dijo.
— Me alegra— dije, sinceramente lo pensaba.
— ¿Tú te la pasaste bien aquí? Los rumores son muy confusos.
— Sólo son rumores. Ignóralos— dije.
— Por supuesto— dijo y acarició mi cabello.

Seguía doliéndome su amabilidad. Era muy bueno. Y me gustaba de verdad, tanto que me sentí muy hipócrita al tener que decirle a otras personas que los quería y no a él. Pero debía ser fuerte. Mi plan era mi prioridad.

Llegaron los demás. Clint apareció. Lo observó. Estaba mirando su teléfono mientras se veía bastante consternado.
Bran y Rocky se acercaron a mí.

— Hay algo muy raro— dijo Clint—. Simplemente no puedo explicármelo.

Todos lo miramos.

— ¿Qué sucede?— le dijo Jack.
— Ayer alguien visitó a cierta persona y... un testigo dijo que se trataba de la persona más hermosa que había visto en su vida.

Entré en pánico en mi mente. Era demasiado bueno para ser cierto que nadie nos hubiera descubierto.

— ¿Y eso por qué debería importarnos?— dijo Bran.
— Porque a quien visitaron fue a Paul— dijo Clint.

¡Diablos! Me sentí presionado pero debía mantenerme sereno.

— ¿Paul está bien?— dije pareciendo sorprendido y preocupado.

Clint se acercó a mí. Me miró fijamente.

— ¿Entonces la persona hermosa no eras tú?— me preguntó.

Él aún me asustaba. No parecía particularmente enojado (porque no estaba seguro de su acusación) pero aún así me daba mucho miedo.

— ¡No, para nada!— dije angustiado.
— Es imposible— dijo Jack—, ¿Por qué James visitaría a Paul? Ni siquiera yo sé dónde está.
— Además James estuvo con nosotros todo el día de ayer en el gimnasio hasta que se fue a casa— dijo Bran.
— Sí, no pudo ser él— dijo Rocky.
— Yo lo llevé a casa— dijo Stefan—. Y estuve con él en todo momento hasta entonces.

Clint miró a Stefan. Él tenía la misma cara de indiferencia de siempre. Yo no podía creerlo. Era sublime todo eso. Tanto que tenía muchas ganas de reírme extasiado. Pero debía pretender que todo me confundía mucho. Sin embargo me sentía increíblemente satisfecho. Logré que Stefan le mintiera Clint. Era más de lo que alguna vez pensé que lograría. Nada parecía imposible, yo podría lograrlo todo. Porque sólo era el principio.

— Sí, me parecía raro— dijo Clint.

Luego se fue mientras tomaba su teléfono y le llamaba a alguien. Nos quedamos solos.

— ¿Clint empezó a enloquecer o qué?— dijo Bran.
— No lo sé pero me preocupa— dijo Jack—. Iré a hablar con él.

Se fue. Lo observé irse. Me preocupaba un poco.

— Al menos significa que Paul está bien— dije tratando de parecer feliz.
— Sí, es un alivio— dijo Bran—. Porque Clint se negaba a mencionarlo. Ojalá se encuentre bien.
— Eso espero— dijo Rocky—. Es un buen tipo. Lo bueno de esto es que está lejos de Clint. Puede descansar un poco.
— Pero qué cruel es Clint al desconfiar de James— dijo Bran—. Como si no existieran más personas hermosas en el mundo. Aquí en esta escuela hay muchas personas bellas. La presidenta, Letty, Gigi, esa chica que es amiga de Rodrigo... y aquel chico del grupo 7...
— Se llama Alex— dijo Rocky—. No está en mi grupo pero sí en el de al lado. Es muy amable.
— Por eso, hay muchas personas hermosas— dijo Bran—. Que Clint sólo pueda pensar en James ya es otra cosa. Y asusta bastante.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now