127. El diario de Alex Harper (en la bañera)

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Abrí la puerta del departamento de Neil porque estaba abierta. Entré. Él estaba en el sofá. Me observó.

— Hola— dijo feliz—, ¿Cuándo llegaste...

Me lancé sobre él.

— Espera, ¿Qué haces?— dijo nervioso.
— Es difícil de explicar pero necesito quitarte los pantalones ahora— dije.
— ¿Qué?

No necesité decir nada más. Al parecer él entendió mis ganas de tener sexo sin que tuviera que explicarle. Una de las cosas más maravillosas de lo que había entre Neil y yo era que en veces no necesitábamos hablar para entendernos. Era como si leyéramos nuestras mentes. Después de que terminamos de darnos amor fuimos a la bañera (porque no iba a regresarme a mi casa cubierto de semen y otros fluídos) y mientras estábamos ahí le pregunté si no le parecía extraña la relación que teníamos.

— ¿A qué te refieres?— dijo—, ¿Cuál de todas las cosas poco ordinarias que nos rodean te parece muy extraña?
— No todo es raro— dije.
— Alex, soy el padre de Zac, que a su vez es el prometido de tu hermano, nos llevamos 18 años de diferencia, tú bailas ballet y yo soy psiquiatra, debes aceptar que somos la pareja más improbable del mundo. Además ambos somos hombres. Absolutamente todo lo que tiene que ver con nosotros es extraño.
— Si lo comparas con las parejas comunes definitivamente lo es— dije—. Pero está bien, ¿No? Un poco de rareza le viene bien al mundo.
— ¿Entonces por qué te estás preguntando si es extraño lo que tenemos?
— Me refería a otra cosa— dije y me acerqué más a él, que estaba en un extremo de la bañera. Me acosté sobre su pecho. El agua caliente era muy agradable—. Es que creo que de verdad somos muy compatibles. Sé que hay mucho que nos diferencia y hace que no parezcamos una buena pareja pero creo que en otras cosas nos complementamos muy bien... tanto que asusta.
— Es bastante curioso— dijo—. No creí que a ti también te preocupara. Pensé que yo era el único que lo pensaba porque jamás había estado enamorado antes y no sabía cómo era esto.
— He estado enamorado antes y no es igual a esto que tenemos ahora— dije.
— ¿Por qué? ¿En qué es diferente? ¿Estoy haciendo algo mal?— preguntó angustiado.

Me reí. Lo observé.

— No, todo es perfecto— dije feliz—. Y obviamente no va a ser igual a mis anteriores relaciones. Tú eres totalmente diferente a mis otras parejas.
— Sobre todo porque los demás eran más jóvenes— dijo.
— Es cierto— dije entre risas.
— Eso me hace sentir muy inseguro. No deberías reírte— dijo enojado.
— Neil, si quisiera a alguna de esas personas, ya las hubiera buscado en lugar de estar aquí contigo— dije.
— Aún podrías. El colágeno es tentador— dijo.
— ¿Por eso estás conmigo? ¿Para absorber mi juventud?
— No— dijo—. Aunque espero que eso funcione. Sería bueno si me compartieras un poco de tu juventud.
— Neil, ya te he dado todo de mí, no pidas más o me dejarás sin nada.
— Si pudieras darme tu juventud, ¿Me la darías?
— No hay nada que no te daría— dije—. Así de enamorado estoy. Así que no te compares con otras personas. Sobre todo porque siempre ganarías. Eres infinitamente mejor que todas las otras personas con las que he salido.
— Menos con uno— dijo.

Lo miré con interés.

— Hablaba de Ed— dijo.
— Ah... cierto, me olvidé de Ed— dije bastante consternado.
— ¿Cómo era tu relación con él?
— ¿Quieres que hable de mi ex novio?
— No veo por qué no— dijo—. Yo siempre te hablo de mis antiguas relaciones.
— Sí pero porque salías con personas interesantes. Por ejemplo siempre recuerdo a aquella chica que podía dislocarse el codo a voluntad. Era fascinante. Ojalá la hubiera conocido.
— Era muy rara. Pero también muy amable. Ed debió ser ese tipo de persona, ¿No? Alguien amable.
— ¿Por qué parece que quieres que hable de él? ¿Quieres compararte para ver si te amo como lo hacía con él?
— No— dijo—. Simplemente me gusta que hables de él. Antes cuando lo hacías no podías evitar llorar. Pero la ultima vez que hablamos de él en terapia, parecías feliz. Como si ya no te doliera recordarlo. Y creo que eso es increíble.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now