98. El diario de James

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Le pedí a los demás que me dejaran solo. Lo hicieron. Nadie dijo nada. Probablemente no había nada por decir. Sin embargo no era momento de preocuparme por sus sentimientos, debía pensar en cómo mejorar mi situación con Clint. Recuperar su confianza era fundamental pero si quería lograrlo necesitaba más días. Así que me acerqué al tocador que estaba en esa habitación. Habían perfumes caros y maquillaje. Cubrí con él algunas de mis marcas. Después le hice una video llamada a papá aunque me era difícil verlo porque la pantalla de mi teléfono estaba rota. De milagro encendía.

— Hola Jimi— dijo—, ¿Estás disfrutando tu viaje?
— Más de lo que creí. Este lugar es asombroso— dije tratando de parecer feliz.
— Sí, vi las fotos que me enviaste.

En el camino tomé muchas fotos y se las fui enviando a papá constantemente porque debía creer que el viaje era para visitar a la familia de Bran.

— Hablando de eso... ¿Crees que podría quedarme un poco más?— pregunté.
— ¿Un día más? ¿Por qué? ¿Sucedió algo?
— No, es sólo que este lugar me gusta tanto y todos han sido tan amables que me gustaría quedarme más tiempo. La familia de Bran dijo que podía y a mí me gustaría mucho.
— ¿Y la escuela?
— Recuperaré esas clases perdidas cuando vuelva. Soy bueno con eso, ¿Recuerdas? Y mis amigos están aquí también... ¿Puedo?
— A tu mamá no va a gustarle.
— ¡Por favor!— supliqué—, ¡Y te lo agradeceré mucho! Además siempre te enviaré fotos y mensajes para que veas que estoy bien.
— ¿De verdad te estas divirtiendo mucho?
— Tanto que nunca olvidaré estos días— dije y sospechaba que no sería una mentira.
— Pero es que tu mamá...
— Tú lo hacías con tus amigos— dije—. Salías de viaje con ellos cuando eras joven, siempre cuentas historias de eso. Esto es igual.
— Bien. Convenceré a tu madre. Pero sólo será por unos días más. Tienes responsabilidades aquí. Tu pez dorado te extraña.
— Yo también lo extraño— dije—. Y a ustedes. Pero regresaré pronto. Tomaré fotos. Además recuerda que sé defenderme solo.
— Eso es cierto— dijo él—. Entonces diviértete.
— ¡Gracias, te amo!— le dije feliz—, ¡Nos vemos, te llamaré luego!

Eso salió bien. Papá definitivamente confiaba ciegamente en mí. Debía seguir engañándolo pero necesitaba otro teléfono. Me lavé la cara. Ya no necesitaba el maquillaje. Parecer la víctima era algo que podría ayudarme luego.
Decidí salir de ahí. En el pasillo estaban los demás. Pensé que se habían ido. Los miré a todos. Se veían muy preocupados.

— ¿Y Clint?— pregunté.
— Salió— dijo Jack—. No te preocupes, regresará hasta la tarde. ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo?
— Estoy bien— dije pretendiendo estar triste—. Un poco adolorido... pero me lo merecía. No debí hacer algo así. Lo siento.
— Está bien, no te estamos acusando de nada— dijo Jack, parecía muy preocupado.
— No es tu culpa— me dijo Bran triste—. Es de nosotros. Debimos haber tratado de ayudarte.
— ¿Por qué Clint se enojó contigo?— me preguntó Jack.

Miré instintivamente a Stefan. Él miraba mis brazos lastimados con horror. No podía decirle lo de su hermano.

— No lo sé— mentí—. La persona que envió para espiarme debió decirle algo.
— Hemos tratado de descubrir quién es— dijo Rocky—. Pero es imposible.
— Necesitamos curarte— me dijo Jack.
— Te llevaré abajo— dijo Rocky.

Me cargó hasta el salón principal. Habían dos hombres en las enormes puertas de esa mansión que estaban abiertas. Rocky me sentó sobre una silla enorme.
Jack me ayudó a quitarme la camiseta.
Todos me miraron muy sorprendidos.

— Se ve mal— dije triste—. Lo sé.
— No te preocupes, te pondremos algo para desinflamar todo eso— dijo Jack—. Y tomarás algo para el dolor.
— Después deberías descansar— dijo Bran.
— No, antes deberías comer un poco— me dijo Rocky—. Iré por algo a la cocina.

Rupturas de PasilloWhere stories live. Discover now