Hannigram - Cortos -

No eres Will

#Hannigram

[Un día en la vida del Dr. Hannibal Lecter]

Tiene que decírselo o empeorará. Querrá repetir y, ciertamente, no quiere tener que volver a pasar por ello.
La joven está dormida entre sus brazos, si fuese un poco menos Alana y un poco más Will, habría sido perfecto.
Sus ojos azules descansan ahora, y su cuerpo le abraza transmitiendole un calor que para él es frío.

- Alana -dice, apoyando su barbilla en la cabeza de la chica -. ¿Duermes? -enciende la luz de la mesita.

Ella bosteza, todavía es de noche, faltan horas para salga el sol.

- Dime, Hannibal, ¿qué pasa? - levanta su mirada hacia él.

- Esto no se volverá a repetir.

El silencio inunda la habitación.

- ¿Por qué? ¿Ha pasado algo de lo que no soy consciente?

- No. Sólo que no eres Will.

Las palabras pesan como rocas sobre el corazón de Alana. Tendría que haberlo imaginado, una parte de ella lo sabía. Hannibal en todo momento ha estado distante. Eso, y que hubo tan sólo una postura que quiso probar.
Se sienta en la cama, tapada con la sábana hasta los hombros, y mira extrañada al hombre con el que acaba de tener el mejor sēxo que recuerda.

- ¿Disculpa? ¿Qué soy, tu experimento?

- Ciertamente. La fisiología tiene poco misterio para mí - responde Hannibal -. Si los pensamientos fuesen imágenes, habrías visto que en cada uno de ellos estaba Will mientras me acostaba contigo.

- ¿Me estás diciendo que tu pølla estaba así de dura porque pensabas en Will?

- No, porque imaginaba que tú eras él. Pensar en Will habría sido... débil. Creer que estaba aquí ha hecho todo el trabajo.

- Os merecéis el uno al otro. ¿Crees que puedes jugar así con la gente?

- Llámalo juego, llámalo experimento. Yo lo llamo camino. Ahora lo comprendo todo, Alana, gracias a ti - se pone de pie, desnudo.

- ¿Dónde vas?

- A buscar a Will. Debo hablar con él. Por favor, no olvides cerrar con llave cuando te vayas. Compórtate como un ser civilizado, Alana.

- Vete a la mierda, Hannibal.

- No - responde él, sonriendo -. Me voy con Will.