Lléname, Alfa

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#Hannigram

Lléname, Alfa  - continuación de Llamada telefónica -

Hannibal no puede conducir más rápido de lo que lo hace. Solo de pensar en Will totalmente desnudo, con toda la humedad en las sábanas y el cuerpo resbaladizo... Va a tener un accidente.

Se lamenta todo el camino de no haberse ofrecido a Will antes, ¿cuántos celos habrá pasado solo, sufriendo? ¿Por qué? Esto es algo que está decidido a averiguar, no puede ser que ningún Alfa haya atraído a Will. Imposible.

Tras la llamada telefónica ni siquiera él ha podido rebajar la erección que le acompaña. Está tan duro como cuando escuchaba a Will jadear por teléfono, tocándose a sí mismo, haciéndolo también él, acompañandole. Ni siquiera sabe si Will alguna vez... Ojalá. No tiene importancia, y en realidad sí la tiene. Debería haberse ofrecido antes, nada más le conoció, nada más lo supo.

A Hannibal le interesa de verdad Will. Si hubiese sido otro Alfa... hasta se lo habría planteado. Una Unión extraña e inusual, más no imposible. Pero es un Omega, sano, joven...brillante. Will no sólo es atractivo físicamente - rizos rebeldes, Delgado, un trasero que invita a Hannibal a morderlo constantemente, los ojos más bonitos que ha visto - sino que su mente es distinta. Para Hannibal, Will es inteligente de un modo especial, no con esa inteligencia sacada del conocimiento, del aprendizaje. La inteligencia de Will es la llamada interpersonal. Will es capaz de vislumbrar, explicar y entender las emociones ajenas.

Todo un don.

Que no haya captado las insinuaciones de Hannibal es más culpa de él mismo que de Will. Ha dado por hecho tantas cosas que hasta hoy no se había planteado mostrar lo que siente más directamente, y finalmente lo ha hecho ofreciendo su ayuda si Will la necesitaba. Tampoco a él se le da bien expresarse. Una barrera que nunca ha bajado, y que ahora mismo ni se preocupa en mantener firme.

- ¿Will?

La puerta está abierta, y los perros salen disparados. Hannibal no los sigue, no sabe cuánto tiempo llevan los animales encerrados. Hace una nota mental para meterlos cuando Will se haya calmado.

El olor de la humedad de Will golpea sus fosas nasales. Qué olor. Se dirige hacia esa maravilla y se quita los zapatos, pantalones y ropa interior por el camino. No quiere esperar, no puede esperar.
Cuando abre la puerta lo que ve casi le hace correrse ahí mismo. Will está tumbado boca abajo, frotando su polla contra la cama mientras con su mano derecha tiene varios dedos metidos en su agujero.

Ni siquiera levanta la cabeza, solo susurra "Alfa".

La polla de Hannibal tiene vida propia. El olor concentrado en la habitación de no se sabe cuántas horas, el resbaladizo de Will manchando todo alrededor, el propio Will en un vano intento de follarse a sí mismo.

Ni siquiera habla cuando se coloca detrás de Will y levanta su cadera. Tampoco dice nada cuando coge los dedos de Will, los lame y apoya la mano en la cama. Cuando se arrodilla y aparta sus mejillas, introduce su lengua en el pliegue y se ahoga literalmente en Will.

- Alfa... por favor...

Will se retuerce bajo su atención. Hannibal registra cada sabor, cada gemido y cada movimiento de Will en su Palacio Mental. Lo merece.

- Hannibal... joder... lléname, Alfa... Por favor...

Will suplica. Hannibal no tiene paciencia, ya no. Se aparta y vuelve a levantar un poco al joven. Toma su polla con la mano y la dirige hacia el agujero de Will, el lubricante natural del Omega es más que suficiente para tomarlo. Empuja tan fuerte que los pelos de su pubis están tocando el trasero de Will, y sus testículos chocan de igual forma.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now