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#Hannigram #Hannibal #WillGraham #relatocorto
🔥 Sal y hierro 🔥
- Casi lo consigues.
La luz de la Luna ilumina la figura de dos hombres, renqueantes, heridos. Se sostienen uno al otro mientras se alejan del hedor de la incertidumbre. Esa que ha obligado a uno de ellos a abalanzarse desde lo alto de un acantilado, provocando que el otro le siga por amor. Puro y verdadero amor.
- Para, Will. No puedo seguir si no sé dónde estás.
Will se detiene, su mano todavía en la cintura de Hannibal.
- Estoy aquí, contigo.
- Ya pasamos por esto antes. No más mentiras.
Will se sienta en la arena y Hannibal lo hace a su lado sabiendo que es ahora o nunca, que las decisiones tomadas se reducen a este momento. Se gira mirando a Will, sus ojos azules casi negros, igual que la sangre que recorre su rostro.
- Mírame. Dime dónde estás porque sino no podré acompañarte.
Will toma un puñado de arena que se filtra entre sus dedos, igual que él se siente con Hannibal. La poca voluntad que tenía hecha añicos al sobrevivir, pues en su corazón ya ha elegido.
- Estoy... aquí, Hannibal. Contigo.
Hannibal respira profundamente, quiere ser paciente. La decisión que en él es tan firme, en Will se tambalea. Quizá ni siquiera existe.
- ¿Quieres irte?
Will se abraza las rodillas. Por primera vez su mente y corazón bajo un mismo sentimiento.
- ¿Dónde iría, si tú no estás? Estamos unidos, y ya sabemos lo que pasa cuando estamos separados.
- Entonces quédate de verdad. Quédate conmigo, no quiero estar solo, Will. Si te adentras en tu mente, tal vez no pueda hacerte volver.
Palabras que se clavan como puñales, que hacen sangrar a Will más que las heridas físicas en su cuerpo. Sonríe aunque su sonrisa es triste.
- Siempre regreso a ti, ¿acaso no lo ves? Siempre, Hannibal. No puedes estar tan ciego.
Hannibal recoge con un dedo las lágrimas que caen por el rostro de Will, sin éste percatarse de que lo hacen. Algo demasiado íntimo sale al exterior, rodeandoles, reclamandoles al fin.
- Te quiero.
Will no recuerda la última vez que lo dijo. Su corazón arde, su mente lo hace en consonancia.
- Dilo otra vez.
- Te quiero, Hannibal. Te quiero desde hace demasiado tiempo, te quise siendo un cobarde y te quiero ahora, queriéndome libre contigo.
Sal y hierro, lágrimas y sangre en el primer beso entre los dos. El dolor físico no existe, los momentos donde la taza se rompió desaparecen y solo quedan los dos hombres, desnudas sus almas, sus corazones siendo uno.
- Hannibal...
Will respira entrecortado, tumbando a Hannibal en la playa que es testigo de su renacer. Hannibal no puede ser más feliz, sus brazos sobre su compañero, mientras Will abandona la parte de él consciente y el instinto es quién toma la palabra.
- Quiero... necesito...
Hannibal sonríe en los labios de Will, si está no quiere despertar.
- Will.. cerca de aquí...
Si Will tiene dudas, Hannibal las alejará. Si Will intenta huir, Hannibal le abrazará tan fuerte como pueda. Lo que ha salido de la crisálida es algo demasiado puro, frágil, pero Hannibal está dispuesto a correr el riesgo. Ha esperado demasiado como para no intentarlo.
