Salvación

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #relatocorto

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #relatocorto

🔥 Salvación 🔥

Encontrar el fin de sus días en los brazos de Hannibal era algo que Will sabía que ocurriría. La sangre envuelve todos sus sentidos, la nota en sus labios, férrea, sus fosas nasales están impregnadas de ella. No existe nada más.

En medio del caos, la paz de saberse acompañado. Hannibal lo abraza y Will se siente en ese hogar que su mente poco a poco olvidó, siendo Hannibal lo único que recuerda ahora. Su antiguo yo, ese niño de ojos azules lleno de sueños, que poco a poco fue desapareciendo en lo que los adultos llaman madurar.

- Hannibal...

- Tranquilo, querido, pronto acabará.

Es casi como un beso. No duele demasiado. Hannibal siempre ha sido gentil con él, Will sabía que en ocasiones no lo merecía.

- Eres delicioso.

No es que fuese la primera vez que pasaba, pero no así. Hannibal había rasgado su piel y hecho suyo en medio de la sangre unas cuantas veces. A Will no le importaba. Expuestos sus miedos, Hannibal bebía de ellos. Expuestas sus ilusiones y el amor que sentía, Hannibal lo absorbía todo. Lo que hacía con todo eso es algo que Will nunca se atrevió a preguntar.
Al fin y al cabo, Will le pertenecía. Así lo había decidido.

- Haz que todo esto acabe.

- Lo que sea por ti, amado.

Porque Hannibal no sólo estaba robando ese amor que los envolvía a los dos. También las dudas. El regreso de Will las había escondido tras un velo que creía seguro. Pero Hannibal sabía, y saberlo le había llevado hasta este preciso instante, que nunca se fueron del todo.

Y es que encontrar su fin en los brazos de Hannibal era algo que Will deseaba. No puede haber despedida más dulce que escuchando el corazón de la persona amada. Y Will, ahora, lo escucha junto al suyo. Pausado, una melodía dulce que invita a cerrar los ojos y dejarse llevar.

- Te amo - le dice. Gracias.

Hannibal se aparta unos segundos y Will siente en su mejilla la humedad de las lágrimas cayendo. Sonríe, cierra los ojos y con las pocas fuerzas que le quedan aprieta la mano del psiquiatra, apoyada en él.

- ¿Seguro que esto es lo que quieres?

- Sí. Es lo mejor.

Will sabe que encontrar el fin en los brazos de Hannibal es más que eso. No quiere despedirse porque no es un adiós en sí mismo, sino un nuevo comienzo. Hannibal aleja de Will todo lo que guarda por no mostrarse débil, por no herirle, y haciéndolo dejará espacio para lo que tenga que venir.

- Yo también te amo, mylimasis.

A su manera, Hannibal lo amaba. En esa obsesión por mantenerlo a su lado había hecho tantas cosas que en la mente de Will se mezclaban todas ellas, las buenas y las malas, las que era mejor olvidar y las que esperaba recordase siempre. Hannibal tenía una vida que Will estuvo temiendo un tiempo, aceptando después, amando al hombre más que a las circunstancias. Will jamás dijo una palabra, nunca juzgó porque quién era él para hacerlo.
Y en esa aceptación, las dudas triunfando al hacerlos saltar por el acantilado. Y en la curación de sus heridas físicas y emocionales, esas mismas dudas tras el velo, pacientes. Hannibal siempre supo cómo hacerlas desaparecer.

- Lo siento.

Hannibal continúa tragando porque sabe que en la debilidad de perder parte de su vida, Will empieza a delirar. Nada tiene que sentir, quizá ha sido demasiado. Los susurros que más que susurros eran empujes hacia la vida que él quería para Will. El encierro en el Hospital Psiquiátrico, asustado por ser descubierto y rechazado por el perfilador. Hannibal actuaba por instinto y una motivación primaria que era el miedo a ahogarse en esa soledad que le acompañaba. Quizá Will pensase que Hannibal era el árbol en el que cobijarse si se sentía perdido, pero para Hannibal Will era todo lo bueno que nunca creyó merecer. Haría cualquier cosa por él, hasta esto.

- Hann...

Cierra los ojos azules de Will y apoya la mano en su pecho. Se tumba a su lado y con la manga de su camisa limpia los restos de sangre. Espera. Se duerme, esperando. No hay sueños esta vez, solo descanso.

- Hola.

Hannibal enfoca la vista y Will le mira apoyada la barbilla en su pecho. Sus preciosos ojos azules, de nuevo vivos, brillando.

- Lo haré mejor esta vez. Prometido.

Hannibal sabe que lo hará. Will siempre cumplía su palabra.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now