Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
#Hannigram #Hannibal #WillGraham #relatocorto
🔥 Tiempo perdido 🔥
Manchas de sangre en la espalda del más joven, señales que el mayor deja para que el resto del mundo sepa que le pertenece. Como si eso hiciese alguna falta. Will se había entregado apasionadamente, fuego eterno bajo la atenta mirada de un hombre que en absoluto creía en Dios pero que, a través de él y de su cuerpo, lo adoraba como tal.
Manos que aferran un cuerpo esbelto, pálido, delgado y fuerte a la vez. Que abrazan y transmiten la necesidad tanto tiempo contenida, demasiada larga la espera. Porque en su Palacio Mental Hannibal tenía un lugar especial donde podía adorar a Will tal y como creía que merecía. Y Will, tal y como ocurría en la realidad, aceptaba absolutamente todo lo que Hannibal le descubría con la yema de sus dedos, con la punta de su lengua. Sentirlo dentro de él era como ese Cielo que ninguno de los dos alcanzaría jamás.
Siempre quería más.
- Recuperemos el tiempo perdido.
Lo hacían, cada día, desde la elección de Will. Desde su regreso. Lo que lo había echado de menos es algo que Hannibal llevará siempre consigo. El tiempo, infeliz, marcando cada día como un suplicio que pesaba en su recién descubierto corazón. Solo los recuerdos, enfrascados en ese Palacio Mental perfectamente construido, lo habían mantenido a salvo. Únicamente los sueños.
- Te amo.
Callar era algo que no se podía permitir. Que no quería hacer. Abraza al hombre sentado en su regazo, con la espalda llevando su marca, y apoya la cabeza en su pecho. No puede existir en el mundo un lugar que sea más hogar que este.
- Te deseo - le responde -. En tu cuerpo me encuentro una y otra vez. Fóllame, Hannibal, tócame y llévame a ese altar que has construido en mi nombre.
Hannibal sonríe sintiéndose afortunado. Siempre ha sido Will. Will en su cabeza desde que le vio, Will a pesar de todo lo acontecido. Lo que merece la pena nunca es fácil, y ambos habían sufrido más de lo que deberían.
- Levanta un poco, querido. Móntame, no te vayas de mi lado.
Will empieza moviéndose lentamente porque quiere que esta vez el tiempo esté de su lado. Sobre él la luz filtrándose en la vidriera que contrasta con el océano de sus ojos. Se refleja en el cuerpo de los dos amantes como si de esa forma estuviese creando una barrera alrededor. No era necesario. Hannibal ya se había encargado de ello tiempo atrás.
- Ve más rápido, querido.
Apoya ambas manos en la cadera de Will, alentándolo a tomar velocidad, mientras continúan abrazados bajo la eterna luz que atraviesa ambas miradas. El nombre de Will, grave, en los labios de Hannibal; el de Hannibal, repitiéndose en el corazón de Will mientras se mueve sobre él sin apartarse de ese abrazo que les une.
- Lléname de ti. Márcame también así.
Hannibal siempre lo hace. Porque cuando los dos follaban algo dentro de ellos se reconstruia en los brazos del otro. Como dos piezas de puzzle perdidas que se habían encontrado y, no sólo eso, sino que encajaban a la perfección. Sujétame. Tócame. Ámame y volaré contigo. Will lo deseaba todo. Las cadenas que lo ataban a una realidad que no le pertenecía y que Hannibal pacientemente había esperado que un día se rompiesen. Esas mismas a las que él se aferraba porque parte de él le decía que de no hacerlo estaría perdido. Qué error más grande había sido hacerle caso.
- Eres mi mayor obra de arte. Mis motivos para pensar en poesía.
Will suspira. Se deja caer en la cama, regresando de ese altar que lleva su nombre. Abraza a Hannibal y se permite ser feliz.
