Feliz Navidad, Will

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"Porque con la persona correcta todos los días es Navidad, Año nuevo, cumpleaños y cualquier época del año modificada socialmente para ser feliz. Esa es la magia de amar y, sobretodo, es la magia de sentirse amado"

🔥 Feliz Navidad, Will🔥

Cuando Will entra en la consulta de Hannibal no puede evitar desviar la mirada hacia el árbol de Navidad que, por lo menos hace dos días, no estaba.

Navidad. Una época consumista disfrazada de buenas intenciones y corazones cálidos.
La última Navidad que Will celebró no tendría más de diez años, una madre inexistente y un padre ausente que hizo lo que buenamente pudo.

- ¿No le gusta, Will?

La voz de Hannibal lo devuelve al presente. ¿Hay una respuesta correcta?

- ¿Le gusta a usted, Dr. Lecter?

- Curiosa costumbre la suya la de responder preguntando - Hannibal sonríe, sabiendo que él hace lo mismo. Pensaba que le agradaban estas fechas.

Will, que ni siquiera se ha quitado la chaqueta, camina hacia el árbol de Navidad perfectamente montado. Es como el típico árbol de los catálogos, impecable, Hannibal jamás dejaba al azar ningún detalle. Con la yema de los dedos toca una de las bolas roja, brillante, y su reflejo le devuelve una mirada triste.

- No existe época del año más hipócrita que esta. Salvo, quizá, San Valentín.

Hannibal camina hacia él, escogiendo en su mente las palabras adecuadas.

- La hipocresía es parte de la vida. Sin ella no habríamos sobrevivido como especie.

En el mundo de Will Graham no había cabida para nada más que la verdad. Cruda, cruel, transparente e inamovible. En la verdad Will encontraba la certeza o, más bien, la falta de incertidumbre que amenazaba con llevárselo.

- El humano es... - calla - en ocasiones no lo comprendo.

Hannibal, tras él, apoya la mano en su hombro. Las pocas ocasiones que había podido acercarse a Will lo hacía tan lentamente como un cazador acechando a su presa.

- No es necesario que lo haga. Pero fluir con la multitud es una preciosa forma de esconder quienes somos. Si no destacamos, no somos señalados. Vigilados. Ser uno con el resto es crear un lugar seguro si acaso un día lo necesitases.

Will se tensa un poco. Hannibal desconoce si es ante el contacto físico o por sus palabras.

- ¿Cuál es su lugar seguro, Will? - continúa.

- Mi manada.

- La familia que ha escogido, creado de la nada. ¿Qué me dice de Alana?

Will se gira. ¿Alana? ¿Por qué la menciona?

- ¿La Dra. Bloom? Somos amigos.

- Soy plenamente consciente, al igual que usted, que por su parte querría ser mucho más. Pensé que quizá pasaría esta época del año con ella.

Will se aleja a grandes pasos y se sienta en el sillón que lleva su nombre.

- ¿Le he molestado? Mis disculpas. No quiero que pase estos días solo, Will. Es eso.

A Will le es difícil mirar a los ojos. Le desestabiliza hacerlo. Y ahora está deseando poder leer en los de Hannibal esa verdad que desesperadamente busca siempre.

- ¿Qué quieres de mí, Hannibal?

- Que me mires. Sé lo que buscas. Sé dónde quieres llegar. Mírame, Will.

Will lo hace, sumiso, obligado por esa orden que esconde una súplica.

- Hannibal...

- No puedo devolverte una infancia perdida, igual que no puedo devolverme la mía. Pero puedo, si me lo permites, hacer que durante estos días ninguno de los dos se sienta tan solo.

Will abre la boca para decir algo, pero nada sale de ella.

- No te prometo que amarás la Navidad. No soy tan osado. Pero sí una compañía como ninguna otra, comidas copiosas y el mejor whisky que hayas probado nunca.

Will asiente. ¿Por qué no?

- Y esto. También puedo prometerte esto.

Lo que Will se preguntará días después es por qué no se aparta cuando Hannibal se inclina para besarlo. Lo que se seguirá preguntando semanas más tarde es cómo su cuerpo reacciona abriendo la boca y respondiendo salvaje, su lengua deseando más.
Cómo termina bajo el árbol de Navidad, con Hannibal sobre él y el reflejo de ambos en esas brillantes bolas es algo que su mente obvia, dejando que el control sea esta vez de su corazón.

- Feliz Navidad, Will.

- Es mañana, Dr. Lecter.

Hannibal acaricia los rizos que tanto le gustaban.

- Es cuando queramos que sea. Hoy, mañana, qué importa. Lo esencial es que tú estés en ella, Will. Ahora y, si me lo concedes, siempre.

Hannigram - Cortos -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora