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#Hannibal #Hannigram #WillGraham #relatocorto
"Creer en la piel es sencillo. Más, todavía, si le acompaña lo que siente el corazón"
🔥 Divina humanidad 🔥
El único Dios existente entre los dos era el uno en el otro. Ese en el que la humanidad cree es tan irrelevante como el polvo, más incluso. Hannibal lo desechó con Mischa, la mente de Will jamás se planteó que el por qué de muchas respuestas estaba en algo más allá de la ciencia, de sí mismo.
Qué clase de Dios permite tantas cosas. Era mucho más factible confiar en el toque de los dedos de Hannibal sobre su piel, en cómo se sentía cuando esos mismos dedos estaban en su interior, abriendose camino en lo que por entonces era un lugar desconocido. Era mucho más sencillo, más real, el agarre de Will en las sábanas, sus palabras obscenas enfrentándose a ese Dios que no creía, o sus movimientos salvajes cuando estaba encima de él buscando un placer que le encontraba antes.
Desnudos olvidaban quiénes habían sido, todas las ofensas y las palabras dichas. Olvidaban, sobretodo, las que no llegaron a nacer y que pesaban demasiado. Tener a Hannibal sobre él era ese poema que todos guardamos sin saber que existe, que se ha creado sin nuestro consentimiento y que espera un día ser escuchado.
- ¿Hay algo en lo que creas, Hannibal?
En la vida y la muerte. En el funcionamiento de todo lo que puede ser explicado. En ti y en mí a través de ti, mylimasis. En cada trazo donde me miras y también en los que no eres tú del todo, pero lo eres bajo el pseudónimo de otro ser humano. Patroclo, Céfiro. Tú.
- Creo en la medicina. ¿En qué crees tú?
- En la maldad del ser humano. En los pocos rasgos de humanidad que aún nos quedan.
Su don, también maldición, en un mundo hostil que había convertido en su trabajo. Will veía cada rincón hecho de luz y de sombras. No huía, no se enfrentaba. Aceptaba que cada parte forma un todo y que en ese todo no había una sola explicación, pues también existía el gris.
- ¿Ves en mí algo de esa humanidad?
Will se coloca de lado en la cama para poder mirarle. Hannibal absorbe cada te quiero que no dice.
- Tú eres la humanidad en estado puro, Hannibal.
- ¿Qué eres entonces tú?
- Lo que salió de la Crisálida. Todo lo que susurraste, lo que no, y también lo que por mi cuenta elegí.
Hannibal apoya la mano en un lado de su cara.
- ¿Alguna vez dudas?
- Todos los días, un poco. Parte de mí todavía lucha contra quién soy y lo que siento.
- Y permaneces.
- Siempre elijo quedarme. ¿Dudas tú?
- Nunca. Sé quién soy. Sé lo que quiero, sé lo que siento. Te esperé tanto y de tantas formas que no necesito valorar lo que tengo. Eso ya lo hice entonces.
Will le besa y en ese beso Hannibal guarda lo que le está regalando conscientemente: el ahora, la posibilidad de un mañana y el motivo de que cada día despierte a su lado.
- Querido, contigo soy capaz de cosas que no sabía que existían.
Y esos dioses en los que creen vuelven a ser testigos de cómo se encuentran entre gemidos, partes del cuerpo unidas y orgasmos compartidos.
