"Compartir el mundo con la persona amada, la parte de él que te pertenece por pequeña e insignificante que crees que es. Qué es amor, sino eso. Qué es."
🔥 Alma y corazón 🔥
Su reflejo en el plato que tiene frente a él, vacío, lleno de una mezcla de culpabilidad y aceptación que llevaban días persiguiéndole. A su lado Hannibal sonríe, sabiéndose tan victorioso como puede saberse aquel que ha manejado todos los hilos en la vida de otro ser humano.
- ¿Qué es lo que ves, Will? - pregunta, el color ámbar de sus ojos brillante de excitación.
Ha colocado la mesa con sus mejores cubiertos, la ocasión bien lo merece. Su traje, cómo no, deslumbrante, reflejo de lo que está por llegar.
- A mí.
- ¿Nada más?
- Sólo la incertidumbre... y el miedo - responde Will.
Tiene ganas de golpearle, sabe que él es el culpable de haber llegado a esta situación. Quiere tumbarle sobre la mesa y hacerle ver que en la soledad de no saber quién era se había encontrado. Lo que había descubierto estaba más allá de su control y, a su vez, era su esencia misma.
- No debes tener miedo, sabes que siempre he estado a tu lado.
El lago donde disfrutaba de una cierta paz había desaparecido. En su lugar, un mar embravecido: el barco, a la deriva, sin remos, sin timón. Un trozo de madera fuerte que había soportado cada uno de los vaivenes que tenía el nombre de Hannibal. Igual que el viento que lo llevaba de un lado a otro, del mismo modo el puerto en el que había atracado. Hannibal lo ocupaba todo y en ese todo Will había perdido parte de sí mismo. ¿Era una parte importante, o una sustitución?
- ¿Qué ocurrirá con mi empatía? - pregunta sin saber por qué lo hace.
- ¿No sentiste cada latido de su corazón, mylimasis? ¿Su último suspiro, sus ojos suplicando la piedad que le negaste?
Will asiente, recordando. La sangre en sus manos, manchando su ropa. El olor, férreo, inundando sus fosas nasales. Hannibal junto a él, orgulloso de su creación, susurrando palabras de un amor que hasta entonces Will nunca pensó era tan profundo.
- Cierra los ojos, querido. Guiaré tus pasos.
- Como siempre, Hannibal. Como siempre.
Un ligero beso en su mejilla, inesperado, y Will se ruboriza esperando que Hannibal no lo haya visto. Nota el calor en su cara y cómo sus dedos recorren su mentón. El tiempo que Hannibal ha esperado para esto lo desconoce, pero el amor que desprende dicho toque denota que ha sido más del debido.
- Ábrelos - le dice en su oído -. La caza te pertenece y, por ende, también su alma.
Quién era no tenía importancia. Su primera víctima, su presa. Will ya no atraía, ahora cazaba. Sonríe a pesar de que parte de él se siente como si ya no fuese suya y se hubiese perdido para siempre.
- ¿Qué es, Hannibal?
- Hay quien piensa que el alma reside en el cerebro. Yo, en cambio, creo que vive en el corazón. Las emociones humanas son la base de nuestra supervivencia, Will, y es el corazón el que nos mueve a sentirlas.
Un bocado tras otro y Will se despide de lo que una vez conoció. Jack, Alana, su querida Beverly. Molly...
- No podría amarte más, Will Graham.
Will se gira y agarra a Hannibal del cuello de su camisa, besándole. Se tumba encima de él sobre la mesa, dejando en su boca los restos de sangre que el corazón aún guardaba.
- Acaba, Hannibal. Veo en ti lo que ahora está claro en mí - dice, sus manos desabrochando su camisa.
- Amado - responde abrazándolo -, mi mundo siempre ha sido tuyo. Tómalo y haz tu voluntad.
