"Quien no haya tenido fe en que la melodía que escucha la persona que ama sea la misma que resuena en su corazón, no ha amado realmente"
🔥 Cárcel y libertad 🔥
La música sonaba alrededor y por primera vez los dos hombres bailaban al mismo son, en sintonía. Si los veías desde lejos no distinguías quién era quién, así de acompasados se mostraban.
La sangre, entre otras muchas cosas, les une. También el afán por salir adelante juntos. ¿Es esto último, amor? Lo descubrirán a medida que el tiempo les arrebate la felicidad que entre sus dedos escapará. El tiempo siempre ha sido enemigo del ser humano.
- ¿La escuchas, Will?
- Sí. Ahora lo entiendo todo.
Porque días atrás Hannibal escuchaba un ritmo muy distinto al de Will. Había luchado tanto porque fuese el mismo que por el camino quizá se había perdido un poco. Bien merecía la pena. Amaba al perfilador y en el amor uno debe estar dispuesto a cualquier cosa.
- He esperado tanto este momento...
Y es cierto. Años de susurros, de palabras creadas en su corazón. La crisálida en la que Will se protegía del mundo había sido cárcel y libertad al mismo tiempo.
- Mírate. Mira en quién te has convertido.
El joven Will, empapado de sangre, abraza al hombre sabiendo que es el artífice de todo. En algún lugar de esa habitación unos ojos sin vida que grabados tienen el rostro de quien ha apagado su llama.
- Tú has movido los hilos, Hannibal.
- No del todo, querido. No del todo. Tan sólo te ayudé un poco. Creí que lo necesitabas - añade, sabiendo en lo que piensa Will.
Porque en esa música que los envuelve y une, Will había descubierto que en Hannibal estaban no sólo los remos, sino también el ancla del barco que lo había mantenido a la deriva. Hannibal era todo eso y además el puerto en el que había atracado finalmente.
- Mira lo que he hecho...
- Sí. Estoy orgulloso, mylimasis.
Will apoya su cuello en el hombro de Hannibal y éste le acaricia el pelo. ¿También fue duro para él, la primera vez? No. Ni siquiera recuerda haber sentido más que gozo.
- No sé qué voy a hacer a partir de ahora.
Hannibal lo separa ligeramente de su cuerpo, quiere que Will le mire. Sus ojos azules muestran dudas pero también determinación.
- Amarme...
Y Will, que hasta entonces no había sonreído, lo hace. Y la melodía que acompaña sus suaves pasos se llena del calor que Hannibal había estado esperando. El deseo irrefrenable de besarle y la debilidad de su corazón hacen el resto.
- Eso ya lo hago. Siento haber tardado tanto en hacerlo real.
El mundo es diferente ante quien está enamorado. En esencia no varía, pero subjetivamente se convierte en un lugar mejor. Hannibal tenía a Will, lo tenía, y lo tenía por completo. ¿Molly? No era ya más que polvo.
