"Porque también a mí me faltan las palabras, siendo insuficientes"
🔥 Cosa de valientes 🔥
- ¿Pensabas que acabaríamos así?
- Era lo que más deseaba. Y cuando deseo algo, Will, voy por ello.
Tras los dos, luces de una ciudad sin nombre que hace meses les acoge. Ambos están manchados de sangre porque los dos son ahora compañeros en la caza. Pero eran, además, mucho más que eso.
- Siempre tuve la certeza de que serías mío - susurra en su oído mientras le abraza por detrás. En su mirada la seguridad de haber hecho todo lo posible por conseguirlo. En su corazón, el miedo a perderlo si Will decidía marchar.
- Te escucho en sueños, Will. Te oigo gritar su nombre.
Will se aferra a los brazos de Hannibal a su alrededor. Cómo no va a añorar lo que le fue arrebatado de forma tan desgarradora.
- Quizá, en otra vida.. -empieza a decir.
- No hay más vida que esta, mylimasis. Cargo con el peso de haber destrozado lo único a lo que por entonces te aferrabas.
- Podríamos haber sido una familia.
- Podríamos haber sido muchas cosas. Podemos ser otras tantas ahora, si te permites a ti mismo amar.
Will se gira. Hannibal le mira, esperanzado. ¿Es posible que no se haya dado cuenta todavía?
- ¿A ti? ¿No decías que sabías que sería tuyo? ¿Lo soy o no lo soy, Dr. Lecter?
Una sonrisa compartida, que rompe la tensión acumulada.
- A partes. A ratos. Momentos fugaces que atesoro cerca de mi corazón.
El sonido de los coches y el ruido del gentío, a lo lejos, es lo único que rompe el silencio. La mano de Will descansa en el pecho de Hannibal y éste tiene ganas de llorar. Amar los instantes no estaba reñido con amar lo que no había vivido todavía.
- Te quiero - le dice Will.
- Y yo a ti, más de lo que soy capaz de expresar con palabras. Déjame entrar, querido, sé a mi lado. En ti está lo que nunca me planteé que buscaba. No sé qué hacer, Will, de verdad que no.
- Hay cosas que escapan a nuestro control, Hannibal. Y que son o no son a medida que avanzamos.
La mano de Will que asciende hasta su cuello, agarrandolo fuerte, juntando sus labios en lo que más que un beso son unas ganas tremendas por devorarlo. La de Hannibal alrededor de su cintura, moviéndose en pequeños vaivenes que provocaba el calor entre los dos.
- Duerme conmigo esta noche. Déjame...
- ¿Solo esta noche? Pensé que lo querías todo.
- Te quiero a ti, amado. Te he querido todos estos años y he esperado, soñado, que escogieses estar conmigo.
- Volvamos. Haremos que funcione.
Porque amar siempre ha sido cosa de valientes. De arriesgar sin saber, sin medida, de confiar. Un salto de fe con los ojos cerrados. Amar siempre será para aquellos que quizá perdieron demasiado, y que desean hacer las cosas mejor.
