Sueños y libertad

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#Hannigram #Hannibal #WillGraham #relatocorto

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#Hannigram #Hannibal #WillGraham #relatocorto

🔥 Sueños y libertad 🔥

Los sueños de Will hacía mucho que llevaban escritos el nombre de Hannibal. A veces los recordaba y otras intuía qué ocurría en ellos. Su cuerpo le traicionaba al dormir, su corazón no sabía muy bien el camino que estaba tomando.
Esas eternas erecciones, su ropa húmeda por el sudor y lo que no era sudor. Las palabras del psiquiatra en sus oídos y esas ganas tremendas de ver cumplidos hasta sus deseos más oscuros era algo que no podía sacar de su cabeza.

- ¿Qué tal sus noches, Will? ¿Todavía anda perdido en sueños?

De algún modo así era. Aunque en ellos, Will también era libre. Podía amar a Hannibal sin peros y recibir el mismo trato sin temor a ser rechazado.

- No, es decir, ya no me despierto en medio de la nada sin saber cómo he llegado hasta ahí. Mis sueños son diferentes ahora.

Hannibal levanta una ceja. Hannibal sonríe irónicamente. Hannibal sabe.

- Dígame qué ocurre en sus sueños, Will.

Will se revuelve en la silla, está incómodo. Sus ojos azules en el traje del psiquiatra, recorriendolo por completo pero sin mirarle a él. Puede escuchar su corazón latiendo rápido en su oído, los nervios traicionandole.

- Son privados, Hannibal.

Miel en los labios de Will que Hannibal recoge con la lengua en su mente al escuchar su nombre. Acecha, espera, atrae y después caza. Porque también los sueños de Hannibal llevaban escritos el nombre de Will hace demasiado y su Palacio Mental estaba inundado de recuerdos y de ilusiones.

- Soy tu psiquiatra, ¿confías en mí?

Will quería confiar. ¿Podía hacerlo?

- Después de esto voy a tener que cambiar de psiquiatra.. - Will suspira, su mirada en las manos de Hannibal sobre su regazo -. Sueño contigo, siempre.

- ¿Los recuerdas?

- Vívidamente. Como si pasasen de verdad.

Hannibal se levanta y Will desvía su mirada hacia los pies del psiquiatra, que se acercan a él con seguridad. Tiembla.

- Quiero que me muestres alguno de ellos - le dice.

Y Will levanta tímidamente la mirada sólo para encontrarse a medio camino con la de Hannibal, devorándole. Y Will alarga su mano para ser arrastrado hasta la pared más cercana, el cuerpo de Hannibal tan cerca del suyo que puede olerle. Café recién hecho, libros, el regusto de un buen vino.

- Nada cambiará a peor entre nosotros, niño. Muéstrame porque si no lo haces tú, yo te enseñaré lo que ocurre en los míos, y te aseguro que para ser tu primera vez será mejor guiarnos esta vez por ti.

Will cierra los ojos y deja que sus manos hablen por él. Los pómulos marcados de Hannibal bajo la yema de sus dedos y su polla endureciéndose. Sus cejas, sus labios tímidamente rizados.

- Me estás matando, querido - dice Hannibal, su voz sin ser suya del todo.

- Lo.. lo siento. Nunca he...

- Recuerda tus sueños.

Hannibal acude al instinto como forma de supervivencia. Toma la mano de Will y la besa, pasando su lengua por los dedos del perfilador que en tantas ocasiones ha imaginado dentro de él.

- Ahhhh, Hannibal... - y le besa. Y Hannibal acaba contra la pared convirtiéndose en presa porque así se lo está permitiendo a Will, siendo Will el cazador porque es lo que necesita ser en estos momentos para poder volar.

Las manos de Hannibal desabrochan la camisa del perfilador, tienen tanta hambre de él que duele. Will jadea cuando Hannibal besa su cuello y lo muerde. Asiente cuando baja y se arrodilla ante él, pidiendo permiso con el ámbar de sus ojos y a la vez reclamando lo que considera le pertenece.
Los pantalones y la ropa interior caen después. Y Hannibal, que en su vida ha amado realmente, se pregunta si ésta vez cabría la posibilidad de hacerlo.

- Tienes una polla maravillosa - el cumplido halaga a Will -. Quiero comerte entero, lamerte y que esos sueños que tienes y de los que todavía no me has hablado, se hagan realidad.

Las manos de Will sobre la cabeza de Hannibal, empujándole hacia abajo, es todo lo que necesitan.

- Espero que después de esto acudas a mi en vez de refugiarte en tus sueños, Will.

Los labios de Hannibal envolviendo su polla devuelven a Will la fe en una sociedad que cree deshumanizada. El movimiento de su cadera contra la boca de Hannibal despiertan el lado salvaje que sólo era libre en sueños. El orgasmo que llega enseguida por la excitación acumulada le recuerda que quizá no exista ningún Cielo al que ir, pero que es humanamente posible acariciarlo unos segundos antes de volver al presente.

- Apóyate en la silla, inclínate en ella y abre las piernas - le pide Hannibal sin darle tregua -. Necesitas ir más allá de tus sueños.

Y Will asiente porque lo necesita. Asiente porque está cansado de vivir en unos sueños que se repiten, constantes. Asiente porque todavía no lo sabe pero más allá del deseo, su corazón ya ha elegido.

- No me hagas daño - le pide.

- Jamás, mylimasis. ¿Cómo podría dañar mi propio corazón?

Fanart: The Vatican

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now