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#Hannigram #Hannibal #WillGraham #relatocorto
"Eres mi lugar seguro, las palabras exactas, el agua tras una larga caminata. Creas un mundo que no merezco y, en él, lo llenas de todo lo que no sabía que necesitaba"
🔥 Un mundo para Will 🔥
- ¿Algo suave, querido?
A Will no le importa con tal de oírle tocar. En la música que Hannibal creaba para él - porque sabía que era suya - su lago interior se calmaba. Desaparecían las ganas de esconderse del mundo, de perderse en sí mismo y olvidarlo todo. En el lago que Hannibal hacía brotar de sus dedos con cada nota musical, no había más que el silencio. Y Will, acostumbrado como estaba a que su mente fuese demasiado rápido, entraba en el mundo que Hannibal había formado para él también con palabras.
- Gracias, Hannibal.
- Algo suave, entonces.
Los dedos de Hannibal se mueven con la seguridad de quienes saben exactamente de dónde vienen y, más que eso, tienen la certeza de saber dónde van. Y las notas llenan el Salón donde ambos hombres se encuentran, lejos de todas las miradas, de los reproches. Hannibal construye para Will un lugar donde puede sangrar en paz.
- Duele.
- Pasará. Nunca llueve eternamente, amado.
Will sonríe reconociendo la referencia. Cierra los ojos y siente como en cada acorde la sangre sale de su interior llenando el clavicordio en el que Hannibal está haciendo magia.
- Muy bien, Will. Muy bien.
- Te amo.
Hannibal levanta la vista del teclado, sin dejar de tocar, pues en su corazón tiene grabadas todas las melodías que ya han visto la luz y aquellas que todavía no son más que un sueño. Will, tumbado encima, se acurruca escondiéndose de lo que le hace daño. Se detiene.
- Mylimasis - alarga la mano y acaricia el rostro de Will-. Mírame.
Will no quiere hacerlo, reteniendo como está las lágrimas. Odia tener que levantarse más veces de las que son necesarias a causa de sus neuronas espejo. Pero es que Will no sabe ser más que un torrente que se lleva todo por delante, lo primero a él mismo. Siempre había sido el reflejo de las emociones de todo lo que le rodeaba y, a veces, le sobrepasaba.
- Por favor - insiste Hannibal pasando el pulgar por sus ojos cerrados -. Déjame nadar en el océano que tienes por ojos.
Rojo y azul cayendo por el clavicordio ahora que Will se muestra. Sangre y agua salada que Hannibal recoge con uno de sus dedos llevándoselo a los labios.
- Estoy aquí. Déjate ir, no tengas miedo.
- Lo siento.
Hannibal regresa a ese mundo que está creando para que Will sea él mismo. El azul de Will sigue cada movimiento de sus dedos que, confiados, extraen del clavicordio el mejor de los sonidos.
- No, Will. Nunca sientas ser tú. Si te amo es precisamente por eso.
El amago de una sonrisa en los labios del perfilador, la sangre deja de caer y las lágrimas empiezan a secarse. Will empieza a ser consciente de la realidad que encierra la música que lo envuelve todo. Las notas dulces en su corazón, las palabras de Hannibal mucho más adentro.
- Hazme el amor. Fóllame después. Quiero tu fuego, Hannibal. Haz que hierva.
(El texto te pertenece, preciosa. Te mereces todos los mundos que pueda crear para ti ♥)
