Mi Dios, mi amo, mi amante y compañero

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #hanniballecter #relatocorto

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #hanniballecter #relatocorto

"Tú, yo, y las ganas de comernos por completo. Todo lo que soy por ese momento, todo lo que un día fui y lo que espero ser, en un instante, a tu lado"

🔥 Mi Dios, mi amo, mi amante y compañero 🔥

El ascenso y la caída de Will tenían el nombre de Hannibal. A veces eran uno solo, otras se confundían entre el fuerte agarre del psiquiatra sobre su pelo mientras le alentaba a continuar más y más profundo.
Dios.
No, Dios no tenía nada que ver. No el inmortal en el que ellos no creían, al menos.

- Sométeme.

Una sola palabra salía de los labios de Will y el mundo se volvía un lugar mejor, puro fuego.

- De rodillas.

El collar alrededor de su cuello y esa sensación de pertenecerle. La primera vez fue una lucha interna entre permanecer y escapar, vulnerable. Ahora era la libertad en sí misma.

- Soy tuyo, joder, sólo tuyo - Will se arrodilla, su mirada fija en las piernas de Hannibal, tiene la polla tan dura que duele.

Oye cómo golpea su mano con la correa de cuero. Pocos sonidos hay que le hagan sentir tan en casa como este.

- Lo eres. ¿Qué soy para ti?

- Mi Dios. Mi amo. Mi...amante y compañero.

Hannibal pasa la punta de la Correa por su mejilla. Cierra los ojos esperando un golpe con ella, lo está deseando.

- Mírame, querido. Quiero el azul fijo en mí.

Will levanta su mirada orando a ese Dios en el que ha elegido creer. El amor que siente por él fue el que hizo en su momento todo lo demás. Lo que queda ahora es el grado máximo de la confianza entre dos personas. El deseo se confunde con la complacencia y sumisión y, en medio de ellos, el amor que el tiempo ha afianzado.

- Ya sabes lo que espero de ti - añade Hannibal. Lo quiero todo. Me pertenece.

Hannibal habla de los orgasmos, por descontado, y de la eyaculación en cada uno de ellos. Will sabe bien cómo complacerle, era algo tan natural como respirar. Baja los pantalones del psiquiatra que de vez en cuando le recuerda cuál es su lugar, acariciando su mejilla con la Correa.

- Aspira el olor, abre la boca y pruébame.

La Correa se tensa y Will apoya su nariz directamente en la base de la polla de Hannibal mientras jadea. Está apunto de correrse. Siente la mano firme en sus rizos, todavía sin obligación alguna. Sabe de su autocontrol pero conoce demasiado bien el lado más salvaje de Hannibal. Lo desea tanto como él.

- Hannibal... - abre la boca y pasa la lengua por la punta de su polla, llenándose más de el. Traga, lame, traga y suplica sin palabras que por favor le use.

Porque Will sabe que las puertas de su paraíso personal estaban entre las piernas de Hannibal, pero también las del infierno. Se había perdido y encontrado tantas veces en él que un nuevo Will, más libre, había llegado para quedarse.

- Hasta el fondo.

No hay nada más que añadir. La boca de Will está hecha para esto, para él. Sus ojos se llenan de lágrimas y el acto de supervivencia de apartarse aparece. Hannibal no permite que se mueva más allá de su cadera embistiendo su boca. Duele, y sin dejar de mirarle sigue suplicando que continúe.

- Eres perfecto para mí - escucha decir a Hannibal. Lo sabe.

La Correa queda suelta cuando Hannibal se corre en su boca, con los labios de Will hinchados. Siente cómo recoge las lágrimas de su rostro y se lleva los dedos a su boca, y la polla de Will tiñe de blanco el suelo en el que está arrodillado.
No, definitivamente ese Dios nada tiene que ver.
Todo es a razón de Hannibal.

- Mi buen chico - le dice antes de besarle con ternura -. Limpialo con la lengua, quiero que arregles el desastre que acabas de hacer.

Se agacha con la Correa de nuevo tensa dirigiendo a Will al suelo.

- Todas y cada una de las gotas, querido. Mira cómo vuelves a tenerme.

Will sonríe y Hannibal sujeta su cuello mientras toma cada gota con la lengua.

- Quédate así, con la cara en el suelo. Voy a tenerte de todas las formas hoy, querido. Eres mío, ¿cierto? - Will asiente con la mejilla en la baldosa -. Bien, sea así pues mi voluntad.

El ascenso y la caída de Will tenían el nombre de Hannibal. Su amo, su Dios, su amante y compañero. La libertad de ser con él, y la libertad de ser consigo.
¿Qué amor más real puede haber que aquel que nos eleva y deja caer, que nos rompe y nos une de nuevo?

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now