¿Bailas?

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #relatocorto

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #relatocorto

"En ti mi música favorita, contigo las ganas de bailar cuando ni siquiera sé hacerlo. Eres poesia, el impulso que me mueve a crear"

🔥 ¿Bailas? 🔥

Distintas tonalidades que atraviesan ambos cuerpos porque, al fin, los dos escuchan la misma melodía. La música que Will trae consigo es rápida, reflejo de la explosión que él mismo es. La de Hannibal es sosegada, calma en unas manos que acarician grabando con la yema de los dedos todo lo que toca.

Nunca hubo una música tan de acorde a dos almas, ni tan bien acompasada.

- ¿Bailas?

Will sonríe, amando cada pequeño movimiento que Hannibal hace con él. Porque, en ese baile al que solo ellos dos han sido invitados, entregan sus cuerpos mientras la música no deja de sonar, viva, feliz por finalmente ser.

- Siempre, amado - porque Hannibal nunca decía que no, y porque la música que era una mezcla de los dos la tenía grabada en ese corazón que se sentía vivo desde Will.

Las manos del perfilador sobre su rostro, y una sonrisa que se esconde tras sus ojos sedienta de él. Will siempre tenía hambre, siempre deseaba bailar. El cuerpo de Hannibal era los acordes donde nuevos tonos tenían lugar: algunos eran dulces; otros eran duros, fuertes, gritaban al mundo su propia existencia. Porque cuando Will se follaba a Hannibal de cualquier forma que el psiquiatra reclamaba, todos los momentos de incertidumbre quedaban opacados por sus gemidos y la mirada ámbar hacia un cielo escondido tras el techo de su nuevo hogar.

- Estoy ardiendo, Hannibal.

- Apágate en mí.

Porque cuando Hannibal era quien tomaba las riendas, esa increíble melodía fruto de tantos pasos erróneos y palabras susurradas golpeaba su pecho haciéndole entender que la espera había merecido la pena. Sentir el azul de Will recorriendo su pecho mientras sonríe es tan duro que en ocasiones tiene ganas de suplicar un perdón que hace tiempo le fue concedido. Y Will, que no vive más que el ahora, se pierde entre sus brazos deseando fundirse para hacerle comprender que es más suyo de lo que lo ha sido nunca.

- Te quiero dentro de mí - suplica Will.

- Móntame. Lléname de ti, querido.

Quizá la música ahora vaya más de acorde a Will que a Hannibal, que busca su propio orgasmo con la polla de Hannibal golpeando su próstata insistentemente. Will se eleva una y otra vez y las notas musicales danzan ante sus ojos fruto de una pasión que le lleva siempre a un mismo lugar. A él. En Hannibal el puerto seguro que nunca se cansó de esperar, alguien a quién Will puede llamar hogar sin miedo a equivocarse.

- Voy a llegar enseguida - Hannibal tiene las manos apoyadas en la cadera de Will, sin presionar, solo acompañando al más joven mientras hace lo que desea.

Quizá ahí está el por qué de muchas cosas. Permitir que el otro sea y ser a su vez con él. Y mientras ambos son, esa increíble música que rápida suena porque así es Will, salvaje, fugaz e insaciable, llena la habitación dejando de nuevo su firma. Porque en esa necesidad por Hannibal Will absorbe todos los jadeos, el sudor, las palabras en otros idiomas, los gemidos y cada parte del cuerpo del mayor. Demasiado fuego que necesita arder, demasiado deseo.

- Márcame, joder, hazlo - le reclama.

El agarre de Hannibal se endurece, y esa melodía que era más acorde a Will que a él empieza también a ser suya. Asciende con su joven amante mientras mira cómo abre su boca en un gemido ahogado y se corre en su abdomen, marcandole, sin dejar de moverse rápidamente porque un orgasmo compartido es el broche final a un baile que solo les pertenece a ellos dos.

- Eres increíble, Hannibal. Nunca tengo suficiente de ti.

Las yemas de sus dedos hacen círculos por encima del corazón de Will. Acompasada ahora, lenta, la melodía es un vals que ambos bailan meciendose el uno junto al otro.

- Te amo, Will. Eres mis ganas de creer en todo.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now