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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #relatocorto
"Y te veo en cada una de las palabras que salen de mis dedos, y nos encontramos en cada una de las historias que llevan tu nombre. Qué gran poder el tuyo, siendo inspiración"
🔥 Mortalidad y belleza 🔥
¿Cuántos son ya? Hannibal dejó de contar hace semanas. Todos ellos fueron creados cuando ya no podía más, cuando el anhelo era más fuerte que su voluntad. Y eso, últimamente, ocurría más a menudo.
Antes también componía. A sus oídos nada era suficiente, ninguna melodía expresaba exactamente lo que quería plasmar. El dibujo era diferente. En él todas las historias del mundo, como en los cientos de libros que ha leído. En los bocetos, siempre el mismo protagonista. En otros rostros, con otras vidas, pero su esencia golpeándole desde la hoja que ahora mismo tiene entre sus manos.
Es miércoles por la tarde. No necesita mirar la hora. Will, su paciente, siempre es puntual.
Cierra los ojos y apoya el lápiz sobre la mesa. Un Will de espaldas, totalmente desnudo, le recuerda a Hannibal la mortalidad y la belleza de las cosas. La naturalidad de la vida en esa columna que se apoya, posando para él, desenfadado. El día a día fluye entre sus pies, elevados, realzando su perfecta anatomía.
La de momentos que Hannibal se ha visto a sí mismo entre esos glúteos tan redondos tampoco lo sabe. Cuántas veces ha devorado con pasión todo lo que Will quisiese darle.
Los últimos trazos sobre el papel mientras Will sigue apoyando su cabeza en su brazo izquierdo, tranquilo en su existencia. Hannibal sonríe, captando rápidamente la diferencia con el Will real. A veces se permite ciertas licencias, expresando sus sentimientos a través de un Will creado a su gusto.
Porque Hannibal dibujaba cuando el sentimiento era más fuerte que la sensatez. Cuando a través de Aquiles podías ver el amor que sentía por Patroclo, su compañero, en un Patroclo moribundo que tenía el rostro del perfilador.
Porque Hannibal volaba sin saber que podía hacerlo. Y no tenía miedo. Will en su Palacio Mental disfrutando de él, de cada rincón de su cuerpo, siendo dueño de su ser porque así debían ser las cosas.
Y porque Hannibal, muy a su pesar, se había enamorado. Y, haciéndolo, había encontrado una parte de sí mismo que no sabía que existía, descubriendo uno de los sentimientos más antiguos del mundo, de los que más humanos nos convierte. Para Hannibal el amor era aquel en el que se potenciaba al amado, sacando lo mejor de sí. Y él tenía grandes planes para hacer ver a Will lo valioso que era.
